Así Europa no lo logrará Hamás (con h o con j)
El continente marchó ayer por París contra el terror islamista mientras en Gaza hasta niegan el ataque al súper judío. Así pagan los gestos a favor de un Estado palestino

«Hamás condena las agresiones contra la revista “Charlie Hebdo” e insiste en que la diferencia de opiniones y de pensamiento no justifica el asesinato». ¿Agresiones? Tres días tardaron los líderes del Movimiento de Resistencia Islámico, gobernante en la franja de Gaza, en emitir un comunicado sobre la matanza perpetrada por los hermanos Kouachi en la revista satírica. Más de 72 horas para terminar reduciendo el espeluznante atentado múltiple a unas «agresiones», como si aquello hubiera sido una trifulca de mal final en un kebab, y sin hacer una sola mención a las cuatro personas asesinadas por otro islamista en un supermercado judío de París. Ni media línea de compasión, ni una pizca de lamento que hiciera referencia a los tiroteados en la tienda kosher, ni siquiera para calificar el asunto de «agresión», «riña tumultuaria» o «hay que ver cómo está el mundo». Nada.
Condena, por tanto, a tiempo parcial y conseguida con fórceps, pues la primera reacción del diario oficial de Hamás, «Al-Risala», fue colgar en su página de Facebook las fotografías de los terroristas recién abatidos por los gendarmes, con este pie: «Shahidim [mártires] que fueron enviados por Dios, los héroes de la redada en París».
Así que nada nuevo o distinto al pasado 23 de octubre, cuando un terrorista palestino dirigió su vehículo contra un grupo de judíos en Jerusalén: un bebé de tres meses muerto y ocho heridos de gravedad, lo que para Hamás fue «la respuesta natural y esperada a las violaciones y a la escalada de agresiones por parte de los soldados israelíes y los colonos». De la misma manera, el 18 de noviembre la banda celebraba la incursión de dos individuos (otros «shahidim») que liquidaron a ocho personas a machetazos y tiros en una sinagoga y una escuela talmúdica de la Ciudad Santa. Incluso animaban, oficialmente, a más mártires a que repitieran la «gesta».
No se les puede acusar de falta de rigor a los miembros de Hamás. En el preámbulo de su Carta Fundacional se asegura que «Israel continuará existiendo hasta que el Islam lo destruya, de la misma manera que ha destruido a otros en el pasado». Más explícito es el artículo 7 del mencionado documento en que los socios de gobierno de Abu Mazen aseguran que «no vendrá el Día del Juicio hasta que los musulmanes combatan a los judíos, hasta que los judíos se escondan tras las montañas y los árboles, los cuales gritarán: “¡Oh, musulmán! Un judío se esconde detrás mío, ¡ven y mátalo!”». No, no se trata de un texto medieval, como cabría pensar por la retórica empleada. Se redactó en 1987.
Así las cosas y pese a este currículum, el pasado 17 de diciembre, el Tribunal Europeo de Justicia le quitó a Hamás la calificación de grupo terrorista que le había asignado hace más de una década la UE. Al tiempo, los parlamentos de Suecia, España, Francia, Irlanda y finalmente hasta la Eurocámara pedían el reconocimiento del Estado Palestino, en cuya mitad campea Hamás y su Código Fundacional.
Así va a ser muy difícil creer que Europa se conjure contra el terrorismo cuando se apaguen los ecos de la gran manifestación de ayer por las calles tristes de París.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete