primera división
Injusta derrota del Córdoba CF ante un pobre Real Madrid en El Arcángel (1-2)
El cuadro merengue aprovecha su pegada en los últimos minutos para someter a un rival superior
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El Córdoba CF es capaz de todo. Ya se lo ha demostrado y no se le va a olvidar hasta el final de competición. Cuando le entren las dudas en plena lucha por la permanencia, sólo necesitará recordar el encuentro que perdió frente al Real Madrid, un equipo que sólo asaltó el coliseo ribereño merced a un ADN ganador al que ni siquiera se le puede encontrar explicación en la calidad de Ronaldo y compañía. El portugués, de hecho, terminó desquiciado y expulsado.
¿Cómo se debe empezar un partido? Por si los primeros segundos del Córdoba-Eibar no bastaron para responder a esta pregunta, los hombres de Miroslav Djukic volvieron a tirar a la lona a su rival. Era el Real Madrid esta vez, pero eso poco importaba. Bebé se avalanzó sobre la defensa merengue, recortó un par de veces y soltó un latigazo que impactó en el brazo de Sergio Ramos. Penalti, lanzamiento impecable de Ghilas y un 1-0 que cumplía el sueño de varias generaciones de aficionados blanquiverdes.
El Córdoba le iba ganando al Madrid. Y, por extraño que pudiese parecer, quería más. El equipo blanco se levantó de la lona, pero seguía grogui. No sabía por dónde le llovían los golpes en El Arcángel. La presión de Florin, la zancada de Bebé, el poderío de Ghilas... El 2-0 parecía cuestión de tiempo. Incluso comenzaron a sonar olés en la grada. Como siempre, mal presagio para los de casa. Benzema aprovechó un rechace a la salida de un córner para igualar en el marcador un duelo que sólo tenía aroma califal.
Terminó pidiendo la hora el Madrid y los quince minutos del descanso no fueron suficientes para que Ancelotti cambiase la mentalidad de sus jugadores, que siguieron en manos del Córdoba, dominados y empequeñecidos. No ofrecía nada el campeón de Europa. Apenas un par de destellos lo distinguían de cualquier otro equipo de la zona media de la tabla de los que ya ha visto El Arcángel en Primera. Mérito blanquiverde.
Pero el Córdoba perdonó. Perdonó Cartabia con un disparo que se marchó lamiendo la cruceta. Perdonó Bebé después de destrozar la cintura a media defensa merengue. Perdonó Andone, tras ganarle por enésima vez la partida a Varane, en una vaselina que tocó Casillas, botó en dirección a la portería... Y se estrelló en el larguero. Perdonar sale demasiado caro frente al Real Madrid.
Cristiano Ronaldo demostró el estado de nervios al que había sometido el Córdoba a su equipo. El árbitro le mandó a la ducha a falta de diez minutos para la conclusión por una agresión a Edimar. Entonces despertó el Madrid. Ya sin el luso sobre el campo, los lanzamientos de falta son cosa de Gareth Bale. Tuvo una y chutó a la barrera, pero el balón golpeó la mano de Cartabia. El propio Bale se encargó desde los once metros de llevar a la práctica un modus operandi único en el mundo. Resucitó y, fiel a su ADN, ganó el Madrid el partido que nadie esperaba.
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