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agricultura

Asaja propone un plan contra la tuberculosis bovina

Un vaquiero pierde unos 300 euros por cada animal que sacrifica, 100 menos en el caso de los terneros

Asaja propone un plan contra la tuberculosis bovina abc

j. j. m.

La tuberculosis bovina se ha convertido en la mayor amenaza para las explotaciones de vacuno. Para luchar contra ella, la patronal del campo ha presentado un proyecto destinado a paliar la grave incidencia que está teniendo en la cabaña cordobesa. Los informes de Asaja Córdoba explican que los ganaderos de vacuno en extensivo de la provincia «asisten con impotencia» al sacrificio sistemático y repetitivo de sus animales por culpa de los saneamientos que periódicamente se llevan a cabo en las explotaciones para combatir la enfermedad.

«Intentamos poner trabas a la tuberculosis en el bovino, que está provocando pérdidas millonarias en el sector. Para ello, hemos llegado a un acuerdo con la Universidad de Castilla La Mancha y el Instituto de Recursos Cinegéticos (IREC) para hacer estudios de cada explotación para que el contagio de la tuberculosis entre fauna silvestre y el ganado tenga el mayor número de barreras posibles», explicó Carlos Molina, secretario general de Asaja Córdoba.

El estudio se hará a todos aquellos asociados que lo soliciten y tratará de mejorar los números de las explotaciones. «El problema de esta enfermedad es que paraliza la ganadería y la asfixia hasta el punto de hacerla desaparecer. Da lo mismo un animal positivo que veinte, en cuanto la explotación es positiva no se pueden hacer movimientos y toda la actividad de entrada de ingresos queda paralizada», señaló José Luis Villafuerte, responsable de veterinaria de Asaja Córdoba, quien explicó que una explotación que tenga que afrontar tres o cuatro saneamientos consecutivos está sentenciada a la desaparición.

Los informes de la patronal reflejan que las perdidas en estas explotaciones son insuperables para muchos ganaderos. «Cada vez que se sacrifica un animal el ganadero pierde una media de unos 300 euros si contamos lo que tiene que pagar y la compensación que recibe de la Administración. Pero el principal problema está en el movimiento de ganado. Los cebaderos acreditados son muy pocos y pagan los terneros muy bajos. Se está abonando 50 o 100 euros por debajo del precio de mercado», añadió Villafuerte, quien explicó a este periódico que los mayores gastos los origina el hecho de que al impedirse los movimientos de reses el ganadero tenga que cebar los terneros en la explotación.

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