«Su mujer, embarazada de 9 meses, se desplomó tras recibir la noticia»

Margarita estaba en casa de su nuera Laura. «Qué raro, mi gordo lleva toda la mañana sin llamarme», le comentó a su suegra. Margarita volvió a su domicilio, un pequeño piso de un bloque del Cónsul. Su marido Paco estaba viendo la tele. Era la una menos veinte y estaban dando la noticia de la muerte de un militar español en Líbano. En ese momento, el padre de Laura entró en su casa gritando: «¡Algo ha pasado, algo ha pasado! Mi hija ha recibido una llamada y se ha desmayado». Paco apartó la mirada de la tele y sólo acertó a decir: «Nuestro hijo Javi ha muerto». Así relata a Diario Sur la familia de Francisco Javier Soria el cabo de la Brimz X Guzmán El Bueno fallecido este martes en el Líbano cómo se enteraron de la fatal noticia.

En un reportaje en exclusiva este diario cuenta cómo Margarita no se lo quería creer. Avisó a su hija Esther –todos viven en el mismo barrio– y juntas corrieron hasta la casa de Laura, que había perdido el conocimiento. Ni siquiera pudieron hablar con ella para saber lo que le habían dicho por teléfono. «Se la llevaron directamente al hospital en ambulancia». Laura espera una niña que Javi y ella buscaron durante años. Está embarazada de nueve meses –los médicos le han dicho que el bebé no corre peligro– y mañana sale de cuentas. «Le quedaban unos días para ser padre –relata Margarita–; él quería que fuésemos a recogerlo a Sevilla con la pequeña cuando volviera». El cabo Francisco Javier Soria Toledo, Javi para su familia, tenía previsto regresar en mayo de la misión humanitaria en Líbano, la segunda en la que participaba. El soldado malagueño, de 36 años, murió este martes tras verse sorprendido por una lluvia de granadas de artillería lanzada por el Ejército israelí en respuesta a un ataque previo de Hezbolá, la milicia musulmana libanesa, en una zona neutral controlada por los cascos azules de la ONU.