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PRIMERA DIVISIÓN

Florin, la promesa del Este

El delantero rumano, que dejó su país a los 12 años, cuaja en el Córdoba gracias a su pelea incansable

Florin, la promesa del Este

JOSÉ M. DOMÍNGUEZ

Florin Andone es el hombre del momento en el Córdoba CF. En pleno mercado invernal, a la vez que deslumbra Bebé y la dirección deportiva apura el mes de enero en busca de los últimos fichajes; el delantero del filial es quien centra las miradas. Se ha convertido en la sensación blanquiverde. Un refuerzo de lujo para la primera plantilla y la promesa que más ilusión despierta entre los jóvenes de la cantera cordobesista.

Quienes se fijasen en él en pretemporada, a las órdenes de Albert Ferrer, quizá pudieron intuir en Florin un olfato goleador que ahora ha sacado del fondo de la tabla al equipo de Miroslav Djukic. Sorprenden sus dianas por su número (dos en cuatro partidos) y sus momentos. A la grada propia y a los defensas contrarios. "¿De dónde ha salido?" Se lo preguntan unos y otros. Para los zagueros, la respuesta suele encontrarse en la pelea incansable del atacante califal, capaz de desquiciar con sus movimientos a Varane y Ramos o de anotar el gol más rápido de la historia del Córdoba  (9,8 segundos) frente al Eibar. Para la afición de El Arcángel, la respuesta es más larga.

Florin Andone ha salido de Rumanía, en concreto, de una pequeña localidad en el norte del país llamada Joldesti. Y aunque su explosión como jugador de Primera pudiese llevar a pensar lo contrario, el Córdoba no se cruzó Europa para contratar a su flamante delantero. El camino de Florin desde el Este hasta la élite del fútbol fue mucho más lento . Quizá sin saberlo, el ariete lo comenzó a recorrer hace nueve años.

A los 12 (ahora tiene 21), tras perder a su padre, dejó su tierra natal y llegó a España junto a su madre y su hermano. Su familia se instaló en Vinaroz (Castellón), y allí empezó una nueva vida . Su madre, que había encontrado una nueva pareja, comenzó a trabajar como limpiadora. Para Florin, nuevo colegio, nuevos amigos, nuevo idioma... Y, a los 15 años, fútbol.

Volvió a jugar en su pueblo, después de tres años apartado de los campos «por motivos personales». Pero no le había sentado mal el descanso. De hecho, el Castellón se fijó en él durante su primera temporada. Del Castellón, al Villarreal; del Villarreal, al Atlético Baleares . La velocidad a la que se sucedían los movimientos permitía soñar a Florin con el despegue de una carrera a la que sólo le faltaba la confianza de un club profesional.

El Córdoba apareció en verano para ofrecerle un contrato de tres años que arrancaría en el filial, en Segunda B. Un proyecto con el que, a corto plazo, no podría elevar el nivel de vida de los suyos . Porque ése es el principal objetivo de Florin, que lo deja claro en cada entrevista (en un perfecto castellano) y en cada disputa por un balón dividido, ya sea en los campos más modestos o en los de Primera División.

Su padrastro se encuentra en paro y su madre sigue llevando a casa su sueldo de limpiadora. La posibilidad de interceptar un mal pase adquiere entonces un significado mucho más importante para el «28» blanquiverde, que aprieta los dientes y acude decidido, con una fuerza que le distingue de sus rivales. En juego está otra nueva vida para él y su familia . Muchas jóvenes promesas comparten el sueño de convertirse en estrellas. Para Florin es diferente: él tiene una promesa y lucha como nadie en el Córdoba para hacerla realidad.

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