ARRANCAN LAS SEMIFINALES
Noche de comparsa, de ayer y de hoy
La primera sesión llenó casi al completo el pase en el Gran Teatro de Córdoba

El primer pase de la fase semifinal del XXXIII del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Córdoba se llenó casi al completo porque actuaron grupos muy esperados, como las comparsas de Javi Lonene y Pepín Carrillo, «La Primera», y la de Rafael Cámas-Altas, «Los Patricios». Fue una noche de homenaje a la modalidad que creara el gaditano Paco Alba, pues el pasado y el presente de las comparsas cordobesas coincidieron en las tablas con repertorios que llegaron al corazón de los más nostálgicos de la fiesta.
La noche comenzó con la chirigota «Los P.U.T.I.N. del Ayuntamiento», la chirigota de José Manuel Jiménez y Antonio Navajas, que repasó en su base de datos los temas más punteros del año: el fantasma de la antigua Noreña, los autobuses de Aucorsa, la polémica de la Mezquita-Catedral.
El segundo turno fue para la comparsa de Javi Lonene y Pepín Carrillo, «La Primera», una de las delicias de la noche. Empezaron su presentación cantando bajito, suavidad rota con la dulzura de la octavilla del grupo, «El Mosca», quien, sin estridencias, hizo que el conjunto gustara mucho. Todo su repertorio es un homenaje a la modalidad, destacando comparsas míticas cordobesas como «Los Jumeras» o «Mascarada», títulos que sirven también como decoración para su forillo.
El comisario
En su segundo pasodoble subieron a escena a grandes autores cordobeses como Miguel Amate y Antonio Cobos «El Comisario» en un homenaje cantado «al pintor de la tonalidad que puso color a todo mi Carnaval»: Francisco Requejo «El Primo», un carnavalero antiguo aquejado con una enfermedad que lo bajó hace años de las tablas.
Su popurrí es una «crónica cantada del Carnaval cordobés» en el cuentan la historia de la fiesta desde 1852 cuando se iniciaron los Bailes de Máscaras en la ciudad. De ahí, década por década hasta hoy día, repasando autores y grupos míticos.
«Han recogido nuestro Carnaval desde los orígenes», valora Pepe Gómez, histórico carnavalero que recuerda con cariño cuando, en los años 60, la fiesta se hacía «a escondidas» en la calle Montero, «donde íbamos casa por casa a ver los disfraces de La Butaca Loca o a El Chicharito».
«Manolito Aromas»
En tercer lugar, llegaron unos genuinos dependientes. La chirigota de Écija «Manolito Aromas» cantó a los olores de Córdoba en su primer pasodoble, en el que describieron el olor de geranios del Mayo Cordobés y de azahar de la Cuesta del Bailío cuando pasa la Virgen de la Esperanza; «fragancias que te hacen soñar».
Tras los sevillanos, llegó el turno de la agrupación infantil del autor Antonio Trenas quien, a pesar de llevar el tipo de Fagín, el malvado ratero de la novela de Charles Dickens «Oliver Twist», leit motiv de la agrupación, supuso un claro ejemplo de la supervivencia de la fiesta.
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