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Semana Santa de Sevilla

SISTEMA ULTRADEFENSIVO

La revolución de Djukic conduce al Córdoba al ridículo frente al Sevilla (3-0)

Los blanquiverdes apenas resisten media hora atrincherados

La revolución de Djukic conduce al Córdoba al ridículo frente al Sevilla (3-0) J. M. SERRANO

José m. domínguEZ

«Me voy a ir a Segunda División, pero me voy a ir con guerreros», dijo Miroslav Djukic después de perder por 5-0 en el Camp Nou. Dos meses después, en el Sánchez Pizjuán, recordó el cordobesismo las palabras de su entrenador. Al menos, la primera parte. Porque de los guerreros no hubo ni rastro entre los visitantes. En cambio, del peor equipo de la Liga (colista en solitario), un conjunto con olor a descenso, sí que hubo tristes noticias.

Apestaba a miedo el Córdoba. Renunció al fútbol frente al Sevilla. Quiso puntuar sin jugar; crear peligro sin pasar de medio campo; resucitar sin levantarse de la tumba que él mismo se ha cavado. Las arengas de un líder valen de poco cuando la alineación habla por sí misma. ¿Se pueden pedir «huevos» y dejar a Ghilas aislado como único atacante? El argelino pelea por dos e incluso por tres; pero cuando le rodean siete rivales cada vez que controla la pelota, termina desesperado. Ningún compañero parecía tener permiso del técnico para acompañarlo al otro lado de la línea divisoria.

El partido duró 38 minutos. Los que tardó Krychowiak en recordar a toda la Liga que la defensa blanquiverde tiembla cada vez que llueve un centro sobre Juan Carlos. Nadie saltó para obstaculizar al sevillista, que remató a las redes un córner y empezó así a hacer justicia. Antes lo había intentado de mil formas el equipo local. Crespo y Pantic achicaron agua desde el arranque. Héldon y Cartabia se limitaron a compactar una línea de centrocampistas hiperpoblada, con el debutante Krhin, Zuculini y Deivid. Todos alienados. Todos minimizados. Todos, incluidos los más talentosos, dispuestos a cumplir un par de órdenes tan sencillas como inútiles: perseguir sevillistas y mandar el balón de la forma más burda y directa a Ghilas.

Djukic tenía un plan. Pero esta vez no se escurriría Iturraspe para ayudar a cumplirlo. Tampoco remataría contra su meta Abdoulaye. El Córdoba había vuelto a saltar al campo a penalizar los errores del rival, como en San Mamés o en Vallecas. Pero no los hubo, y entonces se derrumbó el castillo de naipes. Se evaporó el plan. El 1-0 dejó a los califales preguntándose qué hacían a las cuatro y media de la tarde en Sevilla. ¿Un partido de Liga? ¿Qué había que hacer? ¿Debían seguir encerrados?

Quizá el descanso hubiese servido para trazar una nueva hoja de ruta. La anterior había que romperla (posiblemente, desde el minuto 1). La zaga visitante improvisó y, en cuanto avanzó diez metros, la destrozó un envío largo de Pareja. El central sevillista habilitó a Vitolo y el mediapunta canario regaló el 2-0 a Bacca. Terminó el primer tiempo y todavía faltaban 45 minutos para confirmar el ridículo.

Nada (o muy poco) sirvió a Djukic en Sevilla del once que sucumbió frente al Almería seis días atrás. Y menos serviría al preparador serbio de lo que acababa de presenciar en tres cuartos de hora paupérrimos. Tocaba una nueva revolución. Decidió encomendar el imposible a uno de los sacrificados por el simulacro de «catenaccio», Bebé, y a Ekeng. El camerunés, que reaparecía con la camiseta del Córdoba después de su convocatoria internacional, contribuyó al esperpento y se borró del mismo en cuanto pudo con una reacción marca de la casa. Expulsado. Después, por una entrada criminal, también vería la roja directa el autor del primer gol, Krychowiak. Pero ni recuperar la igualdad numérica permitió a los blanquiverdes mejorar su imagen. Iborra, con otro cabezazo en el área pequeña, cerró el marcador y, quizá, la etapa de los que no tienen «ni puta idea de fútbol», ya que tampoco demostraron tener «el cuchillo en la boca».

SEVILLA FC: Sergio Rico; Aleix Vidal, Pareja, Carriço, Navarro; Krychowiak, Iborra; Reyes (Deulofeu, m. 61), Banega, Vitolo (Suárez, m. 83); Bacca (Carlos, m. 82)

CÓRDOBA CF: Juan Carlos; Gunino, Pantic, Crespo, Edimar; Deivid (Ekeng, m. 45), Krhin; Fede Cartabia, Zuculini (Bebé, m. 45), Héldon (Abel, m. 55); Ghilas

GOLES: 1-0: Krychowiak, m. 38; 2-0: Bacca, m. 43; 3-0 Iborra, m. 75.

ÁRBITRO: Vicandi Garrido, del Colegio vasco. Amonestó a Krhin, por parte visitante. Expulsó por roja directa al sevillista Krychowiak y al cordobesista Ekeng.

INCIDENCIAS: Vigésimo tercera jornada en Primera. Partido disputado en el Sánchez Pizjuán ante unos 30.000 espectadores.

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