Los psiquiatras afirman que el acusado sufre un delirio, pero «sabía lo que hacía»

Los psiquiatras que bien han entrevistado, bien han estudiado la historia clínica de Heliodoro L.C., acusado de acabar con la vida de su mujer, María Rey, y de intentar matar también a su propio hermano, al pensar que ambos tenían una aventura, coincidieron ayer en su diagnóstico: es un enfermo mental que sufre un trastorno de ideas delirantes, patología psicótica crónica que está relacionada con el hecho delictivo. No obstante, durante su comparecencia ante el tribunal que enjuicia la causa, los especialistas divergieron en una cuestión capital para el caso: ¿En el momento de los hechos tenía sus capacidades cognitivas y volitivas totalmente anuladas?

Los dos primeros profesionales que subieron al estrado -uno de ellos atendió a Heliodoro poco después del asesinato- explicaron que el trastorno del procesado «no afecta al resto de facultades mentales superiores, pero el sujeto pierde el juicio cuando se refiere a la idea delirante [en este caso, los celos]». A pesar de ello, estos psiquiatras no se atrevieron a aventurar hasta qué punto el asesino tenía su voluntad afectada en el momento en que estaba estrangulando a su esposa.

Por su parte, otros dos especialistas citados en el juicio -entre ellos, el director del Instituto de Medicina Legal, José Sáenz- no plantearon duda alguna sobre la inimputabilidad del encausado. «No pudo frenar su acción [criminal], puesto que su capacidad de obrar estaba al servicio de su delirio», indicaron. En este sentido, apuntaron a los magistrados que «en su trastorno, no vio otra salida». Sin embargo, antes de cometer el crimen, Heliodoro pensó en hablar con un abogado para separarse de María. Así lo recordó uno de los togados, que preguntó a los profesionales cómo se explica que poco antes del suceso sí se planteara otra opción y en el momento del asesinato, no. «Su señoría, el procesado soportaba una enorme carga emocional» que explotó la madrugada de autos, explicaron los médicos.

Los otros dos psiquiatras que comparecieron como peritos se mostraron más cautelosos con el diagnóstico. «No tiene antecedentes psiquiátricos, algo que llama la atención puesto que el trastorno delirante es crónico y deja unas huellas previas», indicaron. Además, añadieron que «quizá, en el momento de la discusión, tuvo un arrebato» que le llevó a matar a su esposa. En cualquier caso, «tenía conocimiento de lo que estaba haciendo, es decir, que no se puede negar que no conociera el alcance de sus hechos». Estos profesionales dieron un dato más: «los delirios, dentro de las patologías psiquiátricas, se dan en un porcentaje muy bajo, de un 2%. Y dentro del mismo, solo un 3% están vinculados a hechos con resultado de muerte. Es algo rarísimo», manifestaron.

Antes de concluir el interrogatorio, el tribunal preguntó a los peritos si Heliodoro tendría -en caso de ser condenaro- que estar en un centro psiquiátrico o en prisión, a lo que los profesionales contestaron que «con la medicación ha mejorado. Podría estar en un centro penitenciario», dijeron.

La vista continuará hoy con la lectura de las conclusiones finales de las partes, que tendrán que decidir si mantienen, como hasta ahora, que el inculpado sea internado en un centro de salud mental.