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Más de 60 millones rescatan del olvido al Sector Sur

El impulso de proyectos como el centro deportivo del Pabellón de la Juventud sacan del ostracismo a esta zona de la ciudad

Más de 60 millones rescatan del olvido al Sector Sur valerio merino

r.a.

Tantos años de espera han merecido la pena. Ha llegado la hora en la que las frases hechas sobre el sur de la ciudad han comenzado a deshilacharse. De verdad. El río ha dejado de ser una frontera, un muro, un telón de acero entre la Córdoba en la que sí pasan cosas y la del otro lado. La zona más meridional de la ciudad ya no reproduce el esquema de distribución de la riqueza y de los recursos que impera a nivel mundial: el Norte próspero y ahí para abajo el descenso desde la escasez a la miseria. Lo que pasa ahora es que del Puente Romano a la avenida de Cádiz, del de San Rafael a la salida a la Autovía de Andalucía corre cierto aire de esperanza, de cambio de ciclo.

El signo más evidente de que la piel del Distrito está mudando es la noticia, avanzada por este periódico en su edición de ayer, de que el Pabellón de la Juventud albergará un complejo deportivo que supondrá una inversión de siete millones de euros. Se trata solo de un episodio más de los que inyectan optimismo de la plaza de Santa Teresa al Cerro, de las inmediaciones de la parroquia de San José Obrero al Barrio Guadalquivir.

No hay que hacer un ejercicio demasiado esforzado de memoria para recordar que las obras de la Variante de Porcelanosa están en marcha y muy avanzadas, que la apertura del centro comercial Lidl está muy reciente, que el centro sanitario de la avenida de Cádiz luce como nuevo tras su reforma y que el proyecto para la antigua Escuela Normal, aunque encallado, es ambicioso y prometedor, tanto como el programa Urban Sur en el que se inserta.

La suma total de las inversiones citadas supera los 60 millones de euros. La más cuantiosa, con 40 millones de euros, corresponde al nuevo trazado de los puntos kilométricos comprendidos entre el 404 y el 408 de la A-4. A continuación se sitúan los 20 millones que inyecta el Plan Urban Sur, que tiene por actuación estrella la reforma de la Escuela Normal de Magisterio, dotada con 4,9 millones de euros pero que está paralizada en la actualidad por desacuerdos entre el Ayuntamiento y la constructora que la ejecuta. La conversión del Pabellón de la Juventud en un centro para la práctica del deporte tiene un coste de 7 millones de euros, mientras que la modernización del centro sanitario de la avenida de Cádiz contó con un presupuesto de 3,6 millones de euros. A esta batería de iniciativas públicas hay que sumar una privada: se trata del supermercado Lidl, abierto en la misma avenida a finales de enero de 2014 tras una inversión de 3,5 millones de euros.

Tras el plan del río

Opiniones a pie de calle hay para todos los gustos. La conclusión principal, empero, es que los vecinos sin galones en las asociaciones ni en los órganos de representación municipal no cierran filas con los que sí tienen responsabilidades en esas instancias. La versión oficial la da Francisco Martínez, el secretario del Consejo de Distrito Sur. «No podemos estar contentos: todo lo que no prometieron las administraciones como culminación del plan del río se ha venido abajo», señala este directivo del comité vecinal.

La lista de agravios que presenta Martínez para darle cuerpo al argumento es extensa y se retrotae a varios años atrás. «Del Palacio del Sur no sabemos nada ni tampoco del centro cultural que el alcalde dijo que iba a hacer en su solar una vez que desechó el proyecto de Koolhaas», asegura el secretario del Consejo de Distrito. La relación continúa por el Museo de Bellas Artes previsto inicialmente junto a la torre de La Calahorra, así como por «el grado de ejecución bastante bajo del Plan Urban Sur», en palabras de Francisco Martínez. Hay que precisar que este proyecto, que se nutre de fondos europeos, está finalizado en una gran parte, de tal modo que la remodelación de la avenida de Cádiz y de calles interiores ya se han culminado por más que la reforma de la antigua Escuela Normal de Magisterio esté pendiente de la decisión del juez por un litigio entre el Consistorio y la firma que las lleva a cabo.

Mas el ciudadano de andar por casa está contento, ilusionado por que el barrio, o el distrito, se sitúe por fin en la órbita a la que llegan las inversiones de las administraciones. «El cambio es evidente: ahora da gusto, por ejemplo, pasear por la avenida de Cádiz, o ir al médico el ambulatorio de toda la vida, que parece por fuera un museo», asegura José Tamariz, un cliente del bar El Dorado, situado en la avenida de la Diputación. La opinión de José Ramón y Laura, una pareja de unos treinta años, ambos en paro, que vive junto a la plaza de la Unidad, es coincidente. «A este barrio le hacía falta que los políticos se fijaran en él: ya está bien de ser los últimos de la fila», afirman. Y añaden: «Lo que esperamos es que no sean más promesas electorales...».

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