urbanismo
La factura de las parcelas irregulares: 1.500 millones
Un estudio José Moreno afirma que la mitad del crecimiento de la ciudad se debe a las urbanizaciones

Acabar con las parcelaciones irregulares en Córdoba tendría un coste inasumible por astronómico: al menos 1.500 millones de euros. Éste es el cálculo que realiza el urbanista José Moreno Moreno, que ha plasmado las conclusiones de un amplio estudio sobre este fenómeno en el documento «Historia de Córdoba y de sus parcelaciones entre 1939 y 2011», presentado en los días previos a la Semana Santa en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba (UCO). La charla estuvo organizada por la Asociación de Amigos de Medina Azahara y en ella dio las principales claves de un hecho urbanístico y ciudadano que ha marcado el devenir de la capital y su transformación.
En 1939 Córdoba tenía 294 hectáreas: en 2011 llegaba a 8.700
«Esos 1.500 millones de euros corresponderían a las expropiaciones a las que habría que hacer frente para dejar el municipio limpio de construcciones fuera de ordenación», expuso Moreno en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras. Estos núcleos se han desarrollado entre 1939 y la actualidad; en el primero de esos dos momentos, Córdoba tenía 294 hectáreas mientras que en 2011 sumaba 8.700.
Este desarrollo ha sido posible gracias a las parcelaciones, que copan 4.300 hectáreas de las 8.700 globales. En este tiempo la población se ha duplicado. En este periodo, el suelo planificado ha crecido cada año en 61 hectáreas y el parcelado en 62 hectáreas. En su conferencia en la Universidad de Córdoba, el especialista dividió el devenir de las parcelaciones en varias etapas históricas. Son las siguientes.
1939-1958. La posguerra
La comisión gestora que hacía las veces del Ayuntamiento de Córdoba durante el conflicto bélico aprobó el 8 de mayo de 1939 la ordenación de las urbanizaciones de la Sierra y permitió, mediante una normativa específica, la realización de parcelas de 3.000 metros cuadrados. En 1958 entra en vigor el primer Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). En este momento, donde se crean más parcelaciones es en Villarrubia y en la Cañada Real Soriana. «La falta de viviendas es el principal problema planteado en nuestra ciudad en este periodo. Ante la ausencia de la iniciativa privada, la acción benéfica, fundamentalmente de la Asociación Benéfica de La Sagrada Familia del Obispo Fray Albino, construye más de 5.000 viviendas en las barriadas de Fray Albino, Campo de la Verdad y Cañero», suscribió el autor del estudio en la Facultad de Filosofía y Letras.
El resumen es que entre 1939 y 1958 la ciudad se extiende bastante poco, al ritmo de 36 hectáreas por año en suelo planificado y de tres en el terreno parcelado. La conclusión es que el único punto donde aparecen parcelaciones es en Villarrubia con la ocupación de la Cañada Real Soriana por la gran afluencia de población originada a partir de 1945: detrás de este fenómeno se halla la compra de la azucarera por parte de Ebro.
1.958-1.979. Desarrollismo y Democracia
En estos años se produce el mayor crecimiento de la ciudad, ya que con la bonanza económica empiezan a construirse miles de viviendas. «El modelo de producción de ciudad es de polígonos, por lo que se edifican entonces los barrios de Levante, la Fuensanta, Sector Sur, Figueroa», indicó José Moreno.
El especialista añadió que el primer alcalde de la etapa democrática, Julio Anguita, se encuentra al tomar el mando que el núcleo principal crece de manera compacta y concéntrica excepto en Poniente, donde se desarrolla a saltos. Dos hechos marcan esta etapa: la puesta en servicio de los polígonos industriales que se construyen en las carreteras de los accesos principales a la ciudad y que la Sierra se consolida como la zona de la ciudad de segunda residencia, «aunque de manera arbitraria y sin control», recalcó el urbanista. Es en los años sesenta cuando surgen las primeras parcelaciones de la Vega. El resumen de esta etapa es que el crecimiento en el suelo planificado es de 88 hectáreas al año mientras que en el parcelado se sitúa en 117.
1979-1986. Hasta el nuevo PGOU
La actividad urbanística en la ciudad es muy pequeña en estos años. Al llegar Anguita al Ayuntamiento se organiza la nueva Corporación y en 1982 se contrata al equipo redactor del nuevo PGOU. Acto seguido se produce el nombramiento de una comisión para inventariar las parcelaciones existentes y se detectan las del periodo anterior.
En este punto, José Moreno puntualizó que «las parcelaciones aumentan, aunque a menor ritmo que en el periodo anterior: las de la Sierra empiezan a controlarse pero las de la Vega siguen creciendo».
1986-1996. Las grandes infraestructuras
Ya entre 1986 y 1996 Córdoba vive una década en la que se construyen las grandes infraestructuras al calor de la Exposición Universal de 1992 y cuyo exponente principal es la estación del AVE. «En el sistema ferroviario, además, se acomete el soterramiento del ferrocarril y el desmantelamiento de la línea de Almorchón, mientras que en el viario se realizan las variantes de la A-4 y de la N-432 y el desdoblamiento de la carretera de Palma hasta Villarrubia», precisó el urbanista, que aportó un dato importante. «En 1992 se aprueba una nueva Ley del Suelo que obliga a los notarios y registradores a pedir licencia municipal para hacer segregaciones de suelo. A partir de aquí, la única forma de comprar una parcela es en proindiviso».
Pero el hecho más significativo de esta década es que entre 1993 y 1995 se ofrece a todas las parcelaciones que quieran la posibilidad de tener los servicios de agua y alcantarillado; la única condición es que haya más de un 60 por ciento de los propietarios de acuerdo y que las obras las ejecute y las cobre Emacsa. Una gran cantidad de parcelaciones decide sumarse a esta propuesta.
«A partir de aquí no hay vuelta atrás. Si ya era difícil antes, ahora es imposible restituir el suelo a su estado antes de parcelarlo. Con la dotación de servicios indiscriminada se consolida la transformación del suelo rústico a urbano», aseguró José Moreno.
Último tramo de los años 90
El Ayuntamiento contrata en 1996 la revisión del PGOU y, como en el anterior, lo primero que hace es un inventario de las parcelaciones existentes. En la última década de los 90 la ciudad crece a un ritmo muy alto. «En el núcleo principal, se sella la ciudad, la hace compacta y los nuevos barrios tienen unos niveles de suelo para zonas verde y equipamientos envidiables y, en relación a las parcelaciones, el PGOU fracasa», afirmó José Moreno. Y añadió: «La Sierra se mantiene casi igual, con pequeñas ampliaciones sobre las existentes pero la Vega explota. Igual que en los años setenta fue la Sierra, ahora es la Vega. En este momento aparecen las de Medina Azahara, las del aeropuerto y las inundables». De este modo, el suelo planificado crece a 66 hectáreas por año en esta segunda mitad de los noventa mientras que el parcelado lo hace a ritmo de 116.
Desde ahí a 2001 Córdoba vive un periodo de poco crecimiento, ya que prácticamente todo el suelo previsto en el PGOU de 1986 se ha agotado. «Aunque a menor ritmo, se sigue parcelando. Casi siempre en la Vega. Las parcelaciones que nacen en este periodo son las que el Plan General de 2001 considerará incipientes y que, aún hoy, están sin resolver», relató el urbanista. El tanteo es de 66 hectáreas por año en suelo planificado y de 116 de suelo parcelado, informó Moreno.
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