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Datos de la Gerencia

El comercio chino impulsa más de 70 negocios en Córdoba desde 2011

De los tradicionales bazares de todo a un euro y las tiendas de comestibles han pasado a negocios de ropa y complementos

El comercio chino impulsa más de 70 negocios en Córdoba desde 2011 ABC

davinia delgado

Aterrizaron en España a finales de los años 80, cuando la «rubia» era todavía la moneda de curso legal, y se subieron al carro de los «Todo a 100», que adaptarían después al euro. Desde entonces, los inmigrantes asiáticos han ido diversificando sus negocios y su planteamiento empresarial: ahora buscan locales más grandes (naves de hasta 1.000 metros para ofrecer de todo) y apuestan por la especialización (por ejemplo, se han sumando a la venta de ropa de corte occidental y en la comercialización de fruta al por menor). Córdoba no es una excepción y su presencia es cada vez mayor. Según datos recabados por ABC, la Gerencia de Urbanismo ha tramitado, entre 2011 y 2014, más de 70 expedientes relativos a nuevos negocios regentados por ciudadanos chinos.

Aunque estos comerciantes están abriéndose a la distribución de productos distintos a los usuales, la mayoría son bazares y tiendas de alimentación. Así, en los últimos cuatro años, más del 56 por ciento de las peticiones de licencias se referían a establecimientos dedicados a los citados sectores, seguidos de locales de ropa y complementos, que están multiplicándose de forma exponencial. Esto se debe, principalmente, a que traen los productos de China, de manera que abaratan costes y resulta más sencillo establecer así un negocio en España, apuntan desde la Asociación de Empresarios Chinos de Andalucía. En menor medida figuran negocios dedicados a la venta de artículos de telefonía móvil, algún que otro restaurante y hasta una frutería.

Todos a una

El modelo empresarial es el de los negocios familiares, en los que acaban trabajando todos sus miembros de tal manera que les permite abrir el máximo de horas al día y la mayoría de días a la semana sin que se les disparen los costes de los empleados. Los ciudadanos chinos que han llegado a España en los últimos 15 años vienen de una cultura en la que las condiciones laborales son aún precarias -apenas existe el concepto de vacaciones- y siguen actuando en consecuencia aunque cambie el contexto.

Según los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística, en la capital cordobesa residen 641 ciudadanos chinos -son los inscritos en el Padrón municipal-. Representan un 13,4 por ciento más que hace cuatro años, cuando había 565. A lo largo de estos ejercicios, su cifra ha ido siempre «in crescendo», a excepción de 2014, cuando experimentó un leve receso de un 1,5 por ciento, pero su presencia sigue siendo significativa en la ciudad. En lo que respecta a toda la provincia, el total de súbditos del grande asiático afincados en Córdoba asciende 1.010 (a 1 de enero de 2014), un 0,1% sobre el total de población.

El perfil mayoritario de los trabajadores autónomos de nacionalidad china que se instalan en la capital tiene entre 20 y 45 años. La adaptación es lenta. Las diferencias culturales son enormes y por eso no suelen relacionarse con españoles, como sí ocurre con otros grupos de inmigrantes.

La proliferación de estos negocios ha estado (y sigue estando) en la mira de los comerciantes locales, no tanto por su implantación, sino por la competencia que suponen. Desde Comercio Córdoba se ha exigido en más de una ocasión un mayor control en el horario de apertura de los establecimientos que cuentan con una superficie de más de 300 metros cuadrados.

Desde principios de año, estos establecimientos, además, están en el centro del debate tras los dos incendios registrados en sendos bazares chinos. Ambos locales no contaban con la preceptiva autorización para ejercer su actividad, ante la pasividad de la Gerencia de Urbanismo que, además, carece de los medios suficientes para ejercer el control preciso sobre estos y el resto de negocios que operan en la capital. Como muestra, un botón: solo hay dos técnicos que se ocupan de las licencias y tienen unos 600 expedientes almacenados sin informar desde hace un año.

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