mayo festivo
La diversión interminable de la Feria
La recta final de la fiesta pinta estampas variadas en El Arenal y un ritmo que no se apagará hasta la noche del sábado
Se terminaron las novedades. Ya toda la fiesta es una. La Feria de Córdoba entra el viernes en modo bucle y no termina hasta bien entrada la mañana del domingo. Así de sencillo. Todo el que tenía algo que hacer ya lo había hecho, todo estaba terminado a la espera de divertirse, y así se hizo. Fue el día en que más temprano amaneció El Arenal, en realidad como si no se hubiese dormido desde el mismísimo jueves. Hasta allí llegó una variopinta legión de cordobeses.
Trajes de flamenca que ya parecían hechos de la misma piel, de tanto como se han lucido esta semana, y que se han aprendido a llevar con la naturalidad que este vestido de volantes y de vuelo tan particular. Chaquetas claras y camisas con los puños de color distinto, como se llevan últimamente, y hasta sombreros cordobeses para bastantes.
Portada iluminada
Fue el viernes un día caluroso, en que el anunciado alivio de las temperaturas se quedó en eso, porque otra vez estuvo el mercurio por encima de los treinta y bastantes grados. Las multitudes eran de todos los colores, de ir típico o fresco con el polo, de familias que llevaban a los niños a disfrutar aprovechando que no había colegio. No hubo descanso en El Arenal, ni en las calles ni en las casetas que igual servían vino que comidas, copas de sobremesa o aquellas con las que se apura la noche.
Al caer la tarde cambió la fiesta, de forma que las familias empezaban a retirarse, no todas, y otras ocupaban su sitio. La portada estaba iluminada, también las calles, pero la Feria seguía en todo lo alto y muchos piensan que será el momento en que no se mueva hasta que la obliguen a apagarse del todo.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete