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crónica negra

Descuartizado por su barbero

El 28 de enero de 1943, Francisco Reyes rebanó con su navaja el cuello de Enrique Gallego mientras lo afeitaba

Descuartizado por su barbero archivo

d.d.

Uno de los sucesos que conmocionó profundamente a la Córdoba del pasado siglo y que hoy en día sigue provocando escalofríos fue el que ha pasado a formar parte de su historia macabra como el crimen de la calle San Pablo . La historia de lo que sucedió está recogida en el libro «Crónica negra de la historia de Córdoba. Antología del crimen» , escrito por el exmagistrado de la Audiencia Provincial de Córdoba Antonio Puebla Povedano y el comadante de artillería en la reserva José Cruz Gutiérrez.

La desgraciada víctima fue Enrique Gallego , cobrador del Banco Español de Crédito, que murió a manos de su propio barbero, Francisco Reyes , que acabó c ortándole el cuello y descuartizando su cuerpo después .

Gallego había salido esa mañana a trabajar, con su cartera bajo el brazo, para cobrar las letras de los morosos. A mediodía debería haber ido al banco a entregar lo recaudado y hacer la correspondiente liquidación, pero no apareció . Tampoco llegó a su casa, y l a noticia de su desaparición corrió como la pólvora .

La Policía se hizo cargo del caso y comenzó las preceptivas indagaciones. Los agentes descubrieron que el desaparecido tenía intención de ir a la barbería el día que se le perdió la pista y, de inmediato, tomaron declaración al propietario del establecimiento. Éste relató con pelos y señales el escalofriante suceso.

Los hechos

Según contó, el 28 de enero, sobre las 13.00 horas, apareció Gallego en la puerta de su barbería ( el número 6 de la calle San Pablo ) y le preguntó si tenía tiempo de afeitarlo. Como aún tenía el establecimiento abierto, Reyes lo sentó en su sillón y comenzó la tarea. «Según la versión del propio barbero, cuando estaba dándole el segundo repaso, comenzaron a discutir . Obcecado, el barbero le dio a Enrique un corte en el cuello dejándolo sin sentido y muriendo poco después», recoge el libro de Puebla y Cruz.

Con el objetivo de hacer desaparecer el cuerpo, el barbero comenzó a mutilarlo con una navaja , seccionándole las extremidades inferiores por las rodillas y las superiores por todas las articulaciones. El tronco lo decapitó y colocó en la trastienda del local. Más tarde, con un cuchillo y un hocino poconero culminó su macabro propósito en el tronco y la cabeza.

Al cerrar la barbería, envolvió una parte de los despojos en periódicos, se tomó un medio en la taberna de Novella, camino del Guadalquivir, y allí, junto al Molino de Martos, arrojó los restos del desdichado cobrador . Dicha operación la repitió los días siguientes, hasta que la Policía dio al traste con su plan y descubrió su crimen.

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