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GASTRONOMÍA

No sin mi aceite de Priego

«Aceite de mi pueblo» exporta AOVE de la Subbética para centenares de familias cordobesas que residen en Europa

No sin mi aceite de Priego archivo

R. C. M.

El hogar es algo más que una casa: son las personas, los paisajes, las costumbres... y la comida. Centenares de familias que tuvieron que emigrar a Centroeuropa en busca de trabajo tienen aún grabado en su recuerdo el color de esa gota de aceite (virgen extra) que recorre el pan recién tostado en una mañana fría de invierno. Por este motivo, «Aceite de mi pueblo» , una plataforma fruto de la unión de una veintena de almazaras de la DO de Priego de Córdoba , trata de llevar el también llamado oro líquido a la mesa de aquellos que, durante décadas, se han visto obligados a prescindir de este producto.

Jaime Rodríguez, uno de los colaboradores de «Aceite de mi pueblo», recuerda que productos como «el brandy español, el jamón ibérico y el aceite de oliva virgen extra son considerados productos de mucho nivel en esos países ». Los emigrantes que regresaban a España por vacaciones, en el viaje de vuelta, «llevaban escondido entre el equipaje el jamón, el queso o la garrafa de aceite ».

Hoy, el virgen extra de Priego de Córdoba llega a países como Alemania o Bélgica y hasta cruza el Atlántico para su distribución en Brasil. «Es una delicatesen allí», apunta Rodríguez. Antonio López, portavoz de «Aceite de mi pueblo» y uno de los artífices de la plataforma, aclara, no obstante, que « la venta no es el gran objetivo » que persiguen con esta singular iniciativa, sino que es « la introducción de la cultura del aceite ». Aun así, el crecimiento está siendo muy alto. El dato que da a conocer el colectivo es de « 50.000 litros» vendidos .

La aventura es ambiciosa, pero bastante real. De momento, han conseguido que un cordobés que, por circunstancias de la vida, vive a 3.000 kilómetros de su pueblo —el equivalente a un día de viaje en coche, una media de 260 euros de combustible en cada desplazamiento, el pago de los pertinentes peajes en las autovías y el soberano «palizón» de tantas horas al volante— tenga una garrafa de aceite de Priego en casa .

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