La solidaridad que no se va de vacaciones

El comedor social Juan Bautista de la Concepción de los Trinitarios da de comer a unas 70 personas al día en verano. En época de crisis, la solidaridad de las personas se ha convertido en uno de los principales motivos de esperanza para multitud de personas. En Córdoba, familias y personas en riesgo de exclusión social y con severos apuros económicos acuden a este recinto de la Ronda del Marrubial con la certeza de saberse bien atendidos. «Es el primer año que abrimos todo el mes de agosto pero las circunstancias lo exigen», explica Eduardo García , el director encargado de mantener el correcto funcionamiento del comedor, gestionado por Prolibertas .

La solidaridad no para por vacaciones. El comedor social de los Trinitarios , lejos de descansar, parar o cerrar en el mes de agosto, permanece abierto para dar de comer diariamente a quien lo precisa. Es cierto que en verano el número de atendidos disminuye. El descenso del turismo, las altas temperaturas y el letargo de la ciudad en verano hace que muchos salgan fuera para buscar empleo.

«El 50% de los que acuden al comedor son inmigrantes que están aquí buscando trabajo y por su situación precaria lo pasan mal; ahora aprovechan los meses de calor para ir a la costa a ver si tienen más suerte», cuenta García. De este modo, si en los primeros meses del año el comedor social alimentaba a unas 85 personas al día, ahora esa cifra disminuye. Del mismo modo que ha ocurrido con el resto de servicios del centro : duchas, servicio de ropero o peluquería llevadas por un grupo de voluntarios «que hacen posible que todo esto funcione», añade.

Un compendio de servicios básicos que brindan a personas de lo más heterogéneas y variadas. «Por aquí viene gente de todo tipo, desde familias enteras a personas sin hogar , transeúntes, gente con adicciones importantes, con problemas mentales o a las que no les llega con la prestación que reciben por desempleo o lo que le queda de la pensión para alimentarse a ellos o a sus hijos», dice.