MONTORO
La «Diablilla» vuelve a escapar de su mazmorra
Los vecinos de la localidad presenciaron ayer la tradicional fuga del diabólico personaje en la Plaza de España

Con rigurosa puntualidad. A las 12 horas de ayer, 365 días después de su última huida, la « Diablilla », personaje mítico de la tradición religiosa de la ciudad de Montoro, volvió a asomar su cabeza por el balcón de la Casa Consistorial. Como cada año, coincidiendo con las fiestas en honor a San Bartolomé , patrón de Montoro, se escapó de las mazmorras donde estaba encerrada para sembrar el pánico entre los fieles montoreños y visitantes. Saltó en tirolina desde el balcón del Ayuntamiento hasta pisar la Plaza de España.
Según la tradición, la «Diablilla» de Montoro permanece todo el año encerrada en la iglesia consagada al santo patrón de la localidad, y sólo en la víspera del día de San Bartolomé logra escapar para aterrorizar a los niños malos, una escena que se escenifica cada año. Sólo hay una forma de ponerse a salvo: portar la medalla del patrón de Montoro y de la patrona, la Virgen del Rosario , como amuleto protector.
Durante todo el día de ayer, los vecinos de Montoro estuvieron en alerta. Prepararon sus medallas y cerraron las puertas de sus casas para evitar la entrada y el ataque de la «Diablilla». No todos los que presenciaron su escapada por los tejados de Montoro pudieron librarse de la maligna bestia. Astuta y feroz, capturó a todos los fieles cristianos que no portaban las medallas religiosas de los titulares montoreños. Simbólicamente, fueron atrapados, recibiendo un tirón de pelos y un chapuzón de agua por parte de la traviesa «Diablilla».
Sin embargo, tanto los niños como los mayores que mostraron sus medallas se salvaron de la despiadada sacudida de la fiera. Todo lo contrario: como recompensa a su fe y seguimiento religioso de las tradiciones del municipio, aquellos que sí portaban las medallas recibieron caramelos y golosinas por parte de una clemente «Diablilla», menos fiera entonces de lo que la pinta la leyenda.
La fiesta culmina hoy, cuando San Bartolomé sale a la busca y captura del endiablado personaje. El momento de la victoria del santo patrón contra la bestia es escenificado con un pisotón en el cuello de la satánica criatura, que volverá entonces a ser trasladada a las oscuras entrañas de la morada del patrón de Montoro, la parroquia de San Bartolomé.
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