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HISTÓRICO

El gol de Olivera en Leganés que resumió un año

El delantero uruguayo salvó al Córdoba del descenso a Segunda B el 19 de junio de 2004

El gol de Olivera en Leganés que resumió un año ARCHIVO

JOSÉ M. DOMÍNGUEZ

Las temporadas para el Córdoba no sólo se cuentan por años; casi todas llevan asociado un nombre. En la mayoría de las ocasiones, uno nacido de momentos agónicos o de emociones fuertes. Una señal de que pocas veces ha llegado el club blanquiverde a los momentos decisivos con plena tranquilidad. Así, la 2013-14 fue la del gol de Uli Dávila . La 2007-08, la del penalti de Abraham Paz (sí, también puede pasar a la historia un jugador de otro equipo). Y al curso 2003-04 bien se le pueden sustituir los números por las letras de Nico Olivera y su gol milagroso en Leganés.

Los 41 partidos anteriores no habían servido para nada. Si acaso, para hastiar todavía más a una afición aburrida de ver a su equipo coquetear con el descenso año tras año (el año siguiente ya no se libraría de caer a Segunda B). El Córdoba (16º) llegó a la última jornada empatado a 46 puntos con el Leganés (17º), el Poli Ejido (18º) y el Ciudad de Murcia , que ocupaba plaza de descenso (19º). Los blanquiverdes visitaban a un rival directo, el Leganés, un rival al que le valía el empate (ganó 1-3 en El Arcángel en la primera vuelta) en caso de que el resto de implicados por eludir el descenso ganasen sus respectivos encuentros.

Y empezó a cumplirse la lógica muy pronto. El Poli Ejido se adelantó frente a un Xerez que no se jugaba nada y el Ciudad de Murcia hizo lo propio ante el colista y desahuciado Algeciras. El Córdoba estaba en Segunda B . Faltaban siete minutos para el descanso y los hombres de Pedrito (entrenador que 10 días antes había sustituido a Miguel Ángel Portugal) ni siquiera habían inquietado a la zaga del Leganés. En la grada de Butarque, se desesperaban 2.000 cordobesistas .

Por fin apretó el Córdoba, como si tratase de hacer un resumen de la temporada. Cuando se vio con la soga al cuello, tiró de un orgullo que apenas demostró durante la Liga. El primer tiempo tocaba a su fin. Entonces, Pablo Sierra metió el balón en el área desde la derecha. Lo buscó con fe Nico Olivera , que estiró la pierna para, con fortuna, como el propio atacante reconocería después, alojar el balón, junto al palo , en las redes de Raúl Arribas.

El delirio en el fondo norte de Butarque ya no cesó hasta el pitido final. Durante el segundo tiempo, mientras los pupilos de Pedrito demostraban entereza en defensa y resistían sin excesivos apuros, sólo se mezcló la euforia con ese miedo que después hace que los triunfos se conviertan en leyendas. La salvación fue un hecho y condenó al Leganés , rival al que no volvió a visitar el Córdoba. El club ribereño regresará el sábado por primera vez al escenario en el que Nico Olivera cambió el nombre a una temporada para la historia blanquiverde.

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