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Las mantillas, tradición y enigma de Córdoba

Las hermanas con peineta o media teja siguen presentes tras los pasos de muchas cofradías pese a lo desafección de otras

Las mantillas, tradición y enigma de Córdoba ARCHIVO

l. m.

Pocos misterios hay en la Semana Santa de Córdoba como el de la aparición de las mantillas en los cortejos de las cofradías. ABC se ha querido preguntar de dónde vienen y por qué aparecen. El nombre da una de las claves: la mantilla española, y eso habla de una prenda tradicional del país para ocasiones de gala. No sólo, como apuntan diversas fuentes conocedoras de su uso, a las procesiones, sino también a las ocasiones más solemnes. Por eso las llevan las madrinas de las bodas o las lucen las Reinas al visitar al Papa, proque es una prenda para ocasiones muy excepcionales, tanto religiosas como civiles. También era y es común en las bendiciones de imágenes y en las coronaciones canónicas.

Muchas mujeres acudían a ver las procesiones de esta forma, y no sólo el Jueves Santo. Para ese día se reservaba uno de los momentos más solemnes, que era el de la visita al Señor en los monumentos que se instalaban por las tardes en las iglesias. De ahí también que el acompañamiento tradicional y apropiado para el hombre que va con la mujer que tiene esta clásica prenda, sea el de traje y corbata oscuros, que también corresponden a la vestimenta de gala. Incluso está reglamentado el uso: mujeres mayores de 18 años, siempre de negro y con la mantilla cayendo sobre la frente el Viernes Santo.

Alternativa

En la década de 1920 ya está documentada su presencia en las procesiones el Jueves y Viernes Santo, algo que también está relacionado con el hábito de la época: el que las mujeres entrasen cubiertas en la iglesias con velos. Así las cosas, el velo y la mantilla eran dos de las alternativas que tenían las mujeres para acudir a las procesiones e incluso participar en ellas. Los expertos nunca lo han estudiado, pero también podía tener que ver con le hecho de que, hasta finales de la década de 1970, no tuvieran la posibilidad de vestir la túnica de nazarenos, como los varones. En Córdoba había muchas otras formas de vestir de esta forma en los cortejos de las cofradías, como la llamada «media teja». Se trata de una peineta de un tamaño considerablemente menor, que también lleva un velo mucho más discreto. Es la que usan las damas camareras de Nuestra Señora de los Dolores, que tradicionalmente son siete y marchan inmediatamente detrás de la imagen.

Aunque su presencia fue constante en todas las cofradías, singularmente en algunas, su eclosión llega en las décadas de 1970 y 1980, cuando empiezan a formar parte de los cortejos detrás de los pasos. A partir de entonces se generalizó el que las mujeres fuesen nazarenas, lo que ni mucho menos vació las filas de mantillas, ya que llegó un periodo de auge numérico de la Semana Santa y las cofradías. Al revés. Simultáneamente, en la misma época empieza a tomar fuerza la influencia de las cofradías sevillanas, y muchas de las que nacen en esta época prescinden de este acompañamiento.

En los años 70 y 80, con el auge de las cofradías, se multiplican

Ambos fenómenos confluyeron en parte en las calles y hoy se tiene que si algunas cofradías nunca han incorporado este elemento a los cortejos, al menos una decena todavía incorporan a hermanas vestidas de mantilla. La Agrupación de Cofradías hizo en 1994 un intento de impedir que las mujeres vestidas de esta forma ocupasen un puesto dentro del cortejo, aunque el proyecto no llegaría a cuajarse en norma.

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