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consecuencias

Los músicos reclaman «más respeto» en los cortejos para evitar lesiones

Aluden al peligro que supone los golpes de personas que cruzan cuando interpretan las marchas

Los músicos reclaman «más respeto» en los cortejos para evitar lesiones valerio merino

r. c. m.

«No hay concienciación hacia los músicos», reconoce el presidente de la Banda de Música María Santísima de la Esperanza, Alfonso Lozano. Cada Semana Santa, las distintas bandas y agrupaciones musicales que acompañan a las hermandades en su estación de penitencia, registran lesiones entre sus componentes. Algunas provocadaspor la propia acción de tocar durante varios días, aunque otras por golpes de personas ajenas al cortejo procesional.

«El Jueves Santo de 2012 cuando tocaba la corneta, un golpe de una persona en el brazo me partió el labio», recuerda Adriano Domínguez, miembro de la Agrupación Musical de la Redención. Para recuperarse de aquel golpe, Adriano dejó de tocar casi un mes con un dolor «bastante fuerte». Este corneta inicia su andadura como músico en 1998 y tras su experiencia, alude a que las causas de este tipo de lesiones se deben al «poco respeto» y al «desconocimiento del daño que realmente pueden hacer».

El presidente de la Banda de Música de la Esperanza explica que cada Semana Santa viven situaciones en las que hay gente que cruza «incluso por debajo de los instrumentos cuando tocamos», matiza. Estas acciones, explica, pueden producir lesiones graves, sobre todo a aquellos músicos que portan instrumentos de viento metal, como la trompeta, el trombón o la corneta. «Hay gente que no entiende que desde la cruz de guía hasta el último músico es parte del cortejo procesional».

Alejandro Valenzuela, músico desde hace 16 años, manifiesta que existen lugares estrechos en los que se acumula tanta gente para disfrutar de la procesión, como en la Cuesta del Bailío, que puede resultar peligroso. «Hemos tenido que tocar con la campaña del instrumento hacia dentro para evitar más golpes», reconoce.

Síntomas comunes

El propio Alejandro, que además de músico es enfermero, explica que la hinchazón labial, bien por alguna contusión o por el propio traumatismo de estar siete días tocando, es una de las lesiones más comunes. La sintomatología que esa lesión produce va desde el rubor al dolor localizado en el labio, aunque también podría provocar una respuesta sistémica del organismo. Una respuesta producida por el estrés al no poder utilizar los labios, que conduciría a la falta de apetito y al malestar general, además de poder llegar a producir fiebre o taquicardia.

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