La alcaldesa de Córdoba deja en toldos y árboles el plan de aire acondicionado en colegios

Hace sólo tres meses que la alcaldesa , Isabel Ambrosio , saltó a la palestra para anunciar que el Ayuntamiento se ocuparía de la instalación de aparatos de aire acondicionado en los colegios. Lo hizo en plena ola de calor , con el mercurio por encima de los 40 grados, y movida por la presión de las asociaciones de padres. Sin embargo, esta semana la alcaldesa ha rebajado sustancialmente el contenido de aquel ambicioso plan hasta el punto de señalar que «no se trata sólo de colocar split de aire acondicionado, sino que hay que jugar con la arboleda e instalar toldos que puedan reducir considerablemente la temperatura».

También habla de la «mejora de la ubicación de las aulas para mejorar la temperatura» y a las propias « instalaciones eléctricas de los espacios escolares que tienen para que aconsejen y no pongan en riesgo la instalación». En junio se mostró resuelta y segura en su compromiso hasta el punto de que señaló hasta la procedencia del dinero para acometer la actuación. Se haría con cargo a programas de los fondos europeos de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrada ( Edusi ), de los que Córdoba ha obtenido 15 millones de euros para invertir hasta 2022.

¿Qué se ha hecho tras estos tres meses? El Consistorio ultima un estudio para conocer la situación de los colegios, la base de su plan de climatización. O sea, nada que los padres puedan ver y sus hijos disfrutar. La Junta de Andalucía sí ha hecho parte de los deberes que se marcó. Su plan era mucho menos ambicioso que el que se fijó la regidora, pero, al menos, el final de lo pactado está prácticamente a la vista.

La delegada de Educación, Esther Ruiz , fue menos ambiciosa que Ambrosio al abordar el problema y tiene previsto concluir a finales de septiembre las ocho mejoras de climatización que dijo que iba a terminar. Eso sí, ni hablar de aparatos de aire acondicionado. Habrá que ver ahora cómo mueven ficha los padres cuando se encuentren casi con la misma realidad que dejaron cuando sus hijos dejaron el «cole» el pasado junio.