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APUNTES AL MARGEN

Los amigos del sur

Existe una corriente progresista andaluza, básicamente nacionalista, que ha puesto ojitos a un separatismo catalán que tiene entre ceja y ceja la solidaridad interterritorial

Protesta de la izquierda cordobesa a favor de los independentistas ABC

RAFAEL RUIZ

Por increíble que parezca, existe una corriente progresista andaluza que siempre ha puesto ojitos al derecho a decidir , que es un eufemismo como la pata de un banco . Ha sido una corriente, a la que pone voz en la comunidad tanto Podemos como una parte de la neoIzquierda Unida , que se consideraba en la obligación material de estar con los que pedían votar aunque todos supiésemos que lo de votar se la pelaba vivamente. Y durante mucho tiempo, años, han sido más nacionalistas catalanes que los propios nacionalistas catalanes. Hombre, que de lo que se trataba era de expresarse, de buscar un encaje, de quererse fuerte. Si los catalanes -entiéndase solamente los que tienen un concepto nacional de la cosa patria - están en ello es que malo no puede ser. Y los andaluces -entiéndase también los que se consideran parte de un solo pueblo- pues solidarios y tal.

Llegados a este punto, el nacionalismo no es nacionalismo sino independentismo . Con su declaración de independencia y todo, votada -con un par- de forma secreta , con medio Parlamento vacío y con un número de fuerzas que no tendrían votos suficientes para modificar un estatuto autonómico. Y hay quien sigue con la tabarra de que, verán, si se le hubiese dado los cauces legítimos de expresión lo malo que es Mariano (qué pronto se olvidan de las cesiones). Que la cosa podría no haber llegado a tanto si lo del Estatut hubiese salido.

No . El nacionalismo catalán que acaba de promover la mayor crisis constitucional de la historia reciente -que ya veremos como acaba esto - no tiene ni el más mínimo interés por lo que pasa aquí. De hecho, si hay un mensaje que ha enraizado en la actualidad política es que la solidaridad entre territorios es un robo que empobrece a un lugar industrioso para regalarle la vida a sur ocioso , que vive de las subvenciones. Y eso nunca se ha querido escuchar. Porque eran mejores los cantos de sirena del libre cauce democrático que explicarle a alguien que la solidaridad tributaria va siempre sobre una doble vía. La que genera una imposición tributaria progresiva de forma que un cordobés que cobra 50.000 euros financia a un parado de Barcelona en pie de igualdad que ocurre al contrario.

Esta bella progresía andaluza , tan guay, parece haber olvidado que determinadas fuerzas políticas han utilizado la riqueza de sus lenguas vernáculas para generar barreras de entrada a los empleos cualificados. En estos momentos, es muy fácil que un cordobés se desplace a Cataluña a recoger avellanas o a poner copas en un bar fino de la costa de Gerona. Pero es muy difícil que un chaval de Cañero que se acaba de licenciar en Historia consiga una plaza de funcionario para dar clases en un instituto en Lérida . A imagen y semejanza, está cundiendo el ejemplo. Las oposiciones sanitarias de Baleares se dividen entre puestos deficitarios y no deficitarios . Los no deficitarios se cubren con quien es capaz de demostrar un nivel determinado de catalán (o cualquiera de sus variedades locales). Los que se desgañitan para que se abran fronteras para acoger a los refugiados de la tierra no paran de levantar fronteritas de andar por casa con el propósito de garantizar empleo, en primer lugar, a los vecinos de la zona.

Esa progresía pija andaluza parece no saber o no querer saber que ha y un montón de personas de nuestros pueblos, familiares en muchos casos, a los que no les llega la camisa al cuerpo . Son de aquí y también de allí. Parecen no entender tampoco que el separatismo catalán no es de izquierdas porque ningún independentismo de zona rica lo es . Esto que está pasando se parece más a la Liga Norte -aquella Padania que no quería pagarle los vicios a los napolitanos y calabreses- que al movimiento de liberacional nacional de Gandhi. Que ojalá no tuviésemos que recibir ni un euro de nadie y pudiésemos dedicarnos a entregar más de lo que recibimos pero que, dado como están las cosas, una fractura en la caja de la Seguridad Social sería mortal para todos pero particularmente para los que menos tienen. Igual el día en que dejen de vivir en los campos de unicornios sabrán que esto ha funcionado con los andaluces pobres -que son muchos- como coartada de un acto profundamente insolidario para el que no se han ahorrado ni un tópico ni un insulto en todo este tiempo.

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