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La cera que arde

Campeones otra vez

Del desempleo, sí. Siguiendo la estela de esta bendita ciudad

Oficina del SAE en Córdoba VALERIO MERINO
Rafael González

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Hace unas semanas decidí e ntregar mi cuerpo a la ciencia bloguera cordobesista. Me despedazaron en tuiter, consiguieron notoriedad a mi costa y yo me fumé un habano al día siguiente con su bilis. Mi pecado fue opinar, ejercicio que es gratis bajo el anonimato de las redes sociales pero que cuando firmas y das la cara te puede costar una tremenda molestia por las notificaciones que producen los tuiteos y menciones de determinados seres. Poco más. De hecho, como soy una persona generosa, agradecí enormemente que gente que no me conoce de nada y a la que yo no tengo ni tendré el gusto de conocer me dedicasen tantos minutos de su preciado tiempo, por lo que deduje que eran tipos ociosos o desempleados cordobeses o ambas cosas a la vez , que las estadísticas al respecto han venido a corroborar para disgusto del equipodegobierno, ente de progreso que las considera falsas o manipuladas (dichosas estadísticas) ya que no han tenido en cuenta —por ejemplo— la aplicación de la Memoria Histórica con el cambio nominativo de calles y actos de desagravio con la cantidad de puestos de trabajo y desarrollo que eso conlleva.

En efecto, los datos nos colocan como los campeones del paro en España, algo que es doloroso porque le arrebata el puesto a Cádiz y a Cádiz lo único que hay que quitarle es al Kichi . Sandoval, el entrenador del glorioso equipo que se ha mantenido en Segunda, también ha pasado al desempleo por obra y gracia de esa idiosincrasia cordobesa que es dejar en el paro a la peña en general y a los buenos en particular. Porque los datos, las cifras, son frías y dicen lo que dicen, pero sería bueno entrar en el quid de los números por si se puede cambiar la tendencia, aunque me temo que no.

Y es que no hay puestos de camareros suficientes en Córdoba —remunerados— ni más oposiciones a funcionario que las justas e innecesarias. De ahí el paro . El resto de cosas están pilladas por gente que además no las suelta: si tira de hemeroteca, verá a los mismos en los mismos puestos diciendo y haciendo lo mismo que decían y hacían hace 20 años . Incluso los cachorros incorporados a las esferas de poder cordobita aplican los mismos criterios que emplearon sus padres o mentores cuando alcanzaron el estatus de señores de vidas y haciendas: ni comas ni dejes comer . El perro del hortelano.

Después vendrán las discusiones sobre el tejido industrial, el apoyo a los emprendedores, los laboratorios, observatorios y planes de empleo y las campañas electorales con su cuarto y mitad de promesas, pero en realidad lo que sucede es que aquí el se mueve no sale en la foto. El que se mueve, es parado. En seco. No nos vayan a menear el kiosko, este chiringuito del que viene viviendo el status quo califal desde tiempos inmemoriales.

De ahí lo de celebrar la Segunda División, metáfora que no vuelvo a explicar porque no me sale del alma y porque para qué perder tiempo en aclarar nada con ociosos que contribuyen a mantenernos como campeones del desempleo. Con la de cosas que tengo que hacer, por cierto.

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