EL CONTRAPUNTO

Feria de Córdoba 2018 | Juana Martín: «No pretendo ir cómoda a la Feria, sino espectacular, bien vestida»

Cuando una mujer va bien vestida de flamenco eso no importa, asegura Juana Martín

La diseñadora Juana Martín ÁLVARO CARMONA

RAFAEL GONZÁLEZ

24/05/2018
Actualizado a las 09:42h.

Como mujer, gitana y cordobesa ha sido pionera en muchas cosas y ha abierto caminos que algún día habrá que agradecer, aunque esta ciudad sea poco dada a ello. Su trayectoria se galana con muchos momentos brillantes como diseñadora que innova y se atreve sin perder la referencia de lo tradicional. Las fiestas son fuente de inspiración para la diseñadora de moda Juana Martín (Córdoba, 1974), pero las musas siempre le visitan trabajando y tienen forma de mujeres valientes, independientes y únicas.

—¿Cual es la mejor hora para lucir un traje en el real?

—Cuando una mujer va bien vestida de flamenca da igual la hora del día. La flamenca se viste desde por la mañana hasta que el cuerpo aguante. Lo importante es que te guste, que lo disfrutes, y que cada año quieras hacer algo nuevo. La feria no tiene horas y el vestirse de gitana, tampoco.

—Y cuando la flor de la cabeza ya se ha caído por segunda vez…¿es el momento oportuno de marcharse?

—No lo sé, ja ja… Bien puede ser porque estés muy perjudicada, o porque no te has puesto bien la flor. Eso es que no han ido a ver a mi amigo Rafa Maqueda que las coloca divinamente y que te engancha hasta un farolillo sin caerse. Personalmente creo que hay que disfrutar con cabeza sin llegar a los excesos. Nuestra feria además es muy especial, abierta y acogedora, variada en ambientes, y merece la pena disfrutarla bien.

—¿Qué tipo de mujer tiene Juana Martín en su cabeza cuando diseña sus trabajos?

—Yo creo que una mujer con decisión propia. Hoy en día la mujer es un ser especial en todos los sentidos y si me hablas de moda flamenca, pienso en esa mujer con personalidad que le gusta ir bien vestida, elegante, con un sello totalmente diferente, que le gusta llamar la atención pero con sobriedad. Y si te refieres a vestir de calle, o a las novias, siempre pongo el sello del «menos es más’» En todos mis trajes lo intento inculcar, en realidad.

—Permítame la observación, pero algunas señoras parecen estar al borde de la asfixia cuando se visten de faralaes ¿para estar guapa hay que sufrir?

—No, en general, tanto como «sufrir» las mujeres no sufrimos… Cuando una se ve bien en el espejo, todos los males son menos. Es decir, la gente lo que pretende es divertirse y cuando se está enfundada un traje de flamenca y va con ánimo de divertirse no molestan ni los volantes, ni el calor ni el vestido estrecho.

—¿El diseño está reñido con la comodidad?

—El diseño es eso, diseño, y yo para comodidad me pongo un chándal. Vestirse de flamenca tiene un protocolo, una base. No pretendo ir cómoda a la feria, sino espectacular, bien vestida, porque estoy llevando un traje regional que tiene vida propia y que cambia todos los años.

—Ser famosa o conocida, ¿sirve para entrar en más casetas, que le inviten a más rebujitos…?

—¿Quién no invita a un rebujito a todas las nenas monas? (se ríe). Yo cuando acudo a la feria voy bastante discreta porque me gusta disfrutar en la intimidad de mi familia, de mi gente. Y yo me pago mis cosas… es más, ¡invitamos!

—En la Caseta de Tiro le dejamos una escopetilla a los invitados para que disparen a lo que no les gusta. ¿A qué le pegaría un plomillazo Juana Martín?

—¡Mejor un tirachinas, que las armas no me gustan! La verdad es que no sabría qué decir porque no le pegaría un tiro a nada ni a nadie. Intento vivir y dejar vivir. Y aunque me gusta más el flamenco, ni a las disco-casetas, porque creo que cada gusto merece su espacio y todo tiene su momento y su público. Lo importante, y para lo que está la feria, es para divertirse.