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APUNTES AL MARGEN

Merluzas, mentiras y archivos de audio

Nieto ha salido entero de la Comisión de Interior aunque el asunto está aún en una fase embrionaria

José Antonio Nieto, tras su comparecencia en el Congreso JAIME GARCÍA

RAFAEL RUIZ

Hay que reconocerle al secretario de estado de Seguridad , José Antonio Nieto , que salió vivo de la comparecencia en el Congreso sobre la reunión mantenida con uno de los detenidos en la operación Lezo , Pablo González , mes y medio antes de que el juez Eloy Velasco diese la orden a los agentes uniformados de que explotasen las investigaciones. Es decir, que empezasen a poner grilletes, entrar en domicilios y llevarse documentación de las casas y los despachos profesionales de los principales elementos de una trama que, presuntamente, se llevó dinero a espuertas de lo que es de todos. Una muesca más en el revólver humeante del PP de Madrid, ese problema de orden público.

Si alguien esperaba que Nieto acudiese con la cabeza gacha, es que no lo conoce. Bien es cierto que lo tuvo fácil no tanto por aciertos propios como por el nivelito ajeno. Sorprende en grado sumo la falta de información de algunos diputados, que parecían tener solo datos inconcretos de los hechos. Como si pasasen por allí. El exalcalde se defendió con su tesis oficial (no conocía la investigación, no había imputados en ese momento, no se abordaron asuntos ajenos a los mercados) e incluso se permitió determinadas alegrías: recordarle al PSOE que González también tuvo presencia en Córdoba en el actual mandato y algún detallito venezolano hacia el diputado de ERC Gabriel Rufián . Tan extraña fue la labor de la oposición que los que tendrían que arrinconarle sirvieron a Nieto la mejor coartada: una orden ministerial de 2002 obliga a los investigadores a poner en conocimiento del Ministerio en qué trabajan una semana antes de que se produzcan las detenciones. Una semana antes, insisto. La reunión polémica tuvo lugar unos cuarenta días antes de los arrestos.

No parece, empero, que el «asunto González» se haya calmado. Visto ahora, resulta que el hermano de Ignacio tenía agenda propia en los asuntos de negocios. Una lectura atenta del auto del juez Velasco le ha detectado ya un asuntillo relacionado con el cargo: el presunto pago de comisiones de la empresa Urbaser para quedarse con contratos en Mercagranada . Para que vaya quedando claro, los investigadores tienen que aportar ahora un informe sobre las actividades de Mercasa y satélites por si redundaron en patrimonios personales de algunos de los implicados. Huele a pieza separada que atufa.

En los tribunales

Se puso José Antonio Nieto particularmente farruco con una noticia publicada en un medio digital. Decía que el PSOE había encontrado indicios de irregularidades en los contratos firmados por Mercacórdoba en la etapa del alcalde popular, cuando ya González ejercía de poderoso vicepresidente representante de Mercasa. Advirtió a los socialistas que en los tribunales se verían. Al final, no hubo rastro de esa escandalosa información. Extraño, ¿verdad?

Aventuro una hipótesis: Pablo González ha desarrollado unas actividades que no han sido específicamente secretas. Tuvo muy buenas relaciones con el PP desde que reclamó la cabeza de Ricardo Rojas como presidente de Mercacórdoba y las ha tenido igual de buenas con la actual alcaldesa y su entorno. Remarco lo de su entorno porque era verdaderamente sorprendente ver al hermano de Ignacio González con sus nuevas compañías, personas que estaban encargadas de abrirle las puertas de la nueva corporación. Si recuerdan, inicialmente el cogobierno dijo que lo del Pósito de la Corredera ni hablar. Y luego hubo un cambio de tercio súbito, milagroso. A costa, sí, de reformar la propuesta para incrementar los elementos culturales pero manteniendo lo esencial del negocio: inversión pública, explotación privada por concesión.

Todo se basa en una cuestión de confianza. Existen huecos pendientes

Que Nieto haya salido vivo del Congreso no significa que esto se haya acabado. Ahora, todo se basa en una cuestión de confianza . Existen elementos comprobados sobre la famosa reunión y muchos huecos pendientes de verificación. Cada cual está rellenando esas oquedades con sus filias y sus fobias. Es el peor de los escenarios posibles para el exalcalde. El de las sospechas no comprobadas, el de tener que confiar en la palabra dada en una historia con merluzas, mentiras y archivos de audio. Con el tiempo, se conocerá el sumario y se verá hasta donde llega el asunto. Es prematuro, a día de hoy, reclamarle el cuello. Tanto, que no lo hizo Rafael Mayoral , de Unidos Podemos , a pesar de que sus socios de IU han reclamado públicamente la imputación formal de Nieto.

Por si las moscas, el secretario de Estado fue dejando recaditos. Dijo que ojalá fuese público el sumario para saber con quién hablaba por el teléfono Pablo González. Ejem. Y sacó una página de un diario de la competencia con unas palabras del presidente de Mercacórdoba, David Luque , asegurando que para el Pósito «hay un inversor privado interesado que no sabemos quién es». En ese momento, a Nieto le empezó a brillar un destello en el colmillo, como le pasa a los malignos en los dibujos animados. Miente el exalcalde. Él sí lo sabe .

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