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VIVIENDA

Okupas de casas palacio en el Casco de Córdoba

Dos palacetes junto al Realejo alojan a varias familias sin título de propiedad ni contrato de arrendamiento

Vista aérea del palacete del siglo XVI tomado por okupas ÁLVARO CARMONA

RAFAEL A. AGUILAR

En la confluencia de la calle Isaac Peral con el Realejo un hombre maduro sin camiseta empuja un carro lleno de chatarra. «Este hombre de la chatarra es de la familia que vive en los palacios de ahí al lado . Lo conozco desde hace meses», comenta alguien entre el grupo de curiosos alertado por el alboroto metálico . Que la apreciación sea cierta o no queda en el terreno de las interpretaciones, si bien está basada en un hecho que trae de cabeza al vecindario desde hace al menos un mes: la ocupación de algunos inmuebles en desuso del barrio.

El fenómeno que analiza ABC en su edición impresa no es nuevo -las asociaciones de vecinos la llevan denunciando desde hace al menos un año- pero sí que se ha recrudecido y, además, ha adquirido un valor simbólico porque las casas en las que se han metido al menos tres familias merecen una cirtas consideración patrimonial. ¿Por qué? La construcción en cuestión es el número 3 de la calle Isaac Peral . La apariencia de éste inmueble es de cierta desolación, de abandono. Algunos vecinos que se dan por bien informados aseguran -sin que ningún documento oficial lo avale- que la casa está desde hace meses en manos de los bancos porque sus propietarios originales no podían hacer frente a sus gastos. En ese vacío han encontrado amparo los okupas, con k de kilo, que según algunas personas del barrio son los mismos que hasta su mudanza vivían en el Huerto Hundido, entre San Agustín y San Lorenzo .

«Nuestra vida es nuestra»

Este periódico ha tratado, sin éxito, que algunas de las personas que residen de un modo irregular en los dos palacetes históricos dieran su punto de vista. « Nuestra vida nos interesa a nosotros , nada más», fue la única respuesta obtenida por ABC. Lo cierto es que estas dos o tres familias conviven en los patios interiores de las construcciones históricas, que usan como comedor, ducha, tendedero y hasta cocina. El trajín doméstico se confunde con el profesional, pues las idas y venidas de las cargas de chatarra se suman a la entrada y salida de madres que acompañan a sus hijos al colegio.

El problema no preocupa solo a los vecinos de a pie: está en la agenda de las entidades que los representan . Prueba de ello es que tanto la asociación San Agustín, que preside Rafael Soto, y la federación de asociaciones Al-Zahara, Antonio Toledano, han mostrado a este periódico su interés por que las autoridades municipales sean conscientes de la inquietud de los residente de la Axerquía Norte en relación a los okupas. «Hasta la fecha los problemas que dan estas ocupaciones tienen que ver más con las molestias a los ciudadanos y las interferencias en el descanso que a la inseguridad, pero habría que poner remedios», manifiesta el presidente de la Federación Al-Zahara. En este mismo sentido se expresa Rafael Soto: «Nos ha pasado ya en el Huerto Hundido y en la Fuenseca, y ahora en El Realejo : la ocupación de viviendas es un problema que hay que solucionar», indica quien demanda más medidas de control del parque de pisos o casas vacías y más seguridad.

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