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YACIMIENTO

¿Qué se puede ver en el yacimiento de Cercadilla?

El complejo palatino recibirá visitas de nuevo en otoño de 2018 después de tres años cerrado

Un grupo de personas durante una visita al yacimiento en 2015, año en que se cerró al público ROLDÁN SERRANO

ROCÍO LINARES

Cuesta imaginarse un espléndido festín en las «triclinias» -salas de banquetes-o recrear una audiencia con el emperador Maximiano Hercúleo entre los restos que se pueden ver en el yacimiento arqueológico de Cercadilla. El ejercicio de figuración es monumental, como lo fueron en su día los muros de este palacio romano que ahora no están o tienen alturas insignificantes. Sólo se puede ver un 35 por ciento del complejo imperial que fue construido a finales del siglo III después de Cristo para estancia del emperador Maximiano. Allí materializó su dominio sobre el Occidente romano en plena época de debilitamiento del Imperio.

«Cercadilla no es solamente un espacio vallado, es todo un barrio que tiene sus límites en la plaza de la estación del tren, continúa debajo de la Avenida de América, en el oeste limita con la Avenida de los Aguijones y en el norte continúa hasta Colonia de la Paz», comentó Camino Fuertes, la arqueóloga que ha estado desde el primer momento trabajando en este proyecto. En realidad, bajo tierra hay mucho más de lo que nunca se va a ver.

Durante una década aproximadamente, desde 2004, el yacimiento ha recibido visitas pero en febrero de 2015 se cerraron sus puertas. Después de dos años de abandono, han comenzado el acondicionamiento para dar vida de nuevo a los restos. Para el otoño de 2018, según David Luque (PSOE), el delegado municipal de Cultura, se espera recibir visitas de nuevo.

Un centro de poder

El complejo palatino es «emblemático y único» en España y lo fue en todo el Imperio Romano, según la arqueóloga, porque constituyó la sede de Maximiano, que formaba parte de los tetrarcas -el grupo de cuatro emperadores que ejercieron su poder desde 295 - 303 d.C.-. En aquel momento de transformación política, el Imperio sufrió la debilitación de sus fronteras, lo que motivó la descentralización del poder y la construcción de nuevas sedes imperiales fuera de Roma. Así, como centro de poder del extremo occidental, llegó a Córdoba este complejo.

La construcción, según Fuertes, presenta dos partes muy diferenciadas: una cerrada y militar y otra palatina . Esta es la que se puede conocer en la visita al yacimiento. «Sala del trono, termas, dos salas de banquete, una sala dedicada al descanso del emperador, aulas de recepción para los funcionarios y apartamentos imperiales. Todo organizado a través de uncriptopórtico (pórtico subterráneo) circular de más de 180 metros de recorrido», añadió la arqueóloga.

Tres siglos después, una parte del palacio fue reutilizada como centro de culto cristiano que estuvo dedicado a San Acisclo, el primer mártir de la historia de Córdoba y patrón de la capital junto con la Virgen de la Fuensanta. Según crecía «Qurtuba», la población se asentaba en barrios extramuros y así, la zona de Cercadilla se convirtió en un arrabal. Ya en torno al 1200 d.C., se abandonó por la guerra civil de la Córdoba islámica. Y más tarde, en el siglo siguiente, se convirtió en la huerta de la Cercadilla, en cuyas raíces estaba el Palacio.

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