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CRÓNICAS DE PEGOLAND

La república independiente de mi «apartamenta»

Vimcorsa hará pisos con criterios de género. Y los manuales son alucinantes

Alba Doblas, presidenta de la empresa municipal de viviendas de Córdoba, Vicmorsa ABC
Rafael Ruiz

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COmo nunca te acostarás sin saber una cosa más, resulta que la empresa municipal de vivienda, Vimcorsa, ha propuesto construir pisos con criterio de género, que es una cosa que debe molar mucho. Se imaginaba uno que la discriminación positiva tenía que ver con políticas activas relacionadas con medidas legales y políticas en materia penal, laboral, empresarial o cultural que tuviesen que ver con la necesaria igualdad de oportunidades.

Que la vida de las personas no quede condicionada por su sexo. Pero resulta que hasta la disposición de las casas, el reparto de los espacios, es materia de los informes especializados que ahora se piden, y se pagan, para que el asunto cumpla con el canon occidental. Si existe hasta una forma de hablar correcta en materia de género, por qué no una salita.

Buceando por la red, resulta que existe hasta algún manual sobre la materia. Se puede consultar en el Instituto Andaluz de la Mujer y lo abonó el Ayuntamiento de Fuenlabrada, un feudo tradicional del Partido Socialista en Madrid . Desde 2005, dicha corporación municipal trabaja en proyecto europeo de conciliación aplicada, entre otros factores, al Urbanismo. Y alguno de sus pasajes, citados al pie de la letra por la presidenta de Vimcorsa, Alba Doblas , dan que pensar a qué se refieren cuando estamos hablando de género.

Buena parte del informe vale para cualquier género ya sea terrestre o extraterrestre. Por ejemplo, aboga por que los nuevos barrios dispongan de equipamientos comunitarios suficientes o que tengan espacio para el comercio de cercanía.

Imagino que eso vale para cualquiera, hombre o mujer, que haga la compra o dé un paseo por el parque. Insisten en que se encuentren adaptados a la situación de personas dependientes, cosa que parece también de lógica porque hay hombres y mujeres impedidos que necesitan que bañarse o que los bañen no sea una odisea. También, con la seguridad. Que las zonas comunes no tengan recovecos. Perfecto para todos, oigan.

El problema radica en que buena parte del manual que inspira la política de Vimcorsa dice cómo tiene que ser la cocina, la alacena o el lavadero. Que han de ser lugares centrales de la casa, bien ventilados, con fácil acceso al tendedero. Que han de tener lugares donde guardar el carrito de la compra o el coche de los bebés. Y me pregunto si algunas políticas de género no contribuyen justamente a lo contrario: a perpetuar roles. Si bajo el paraguas de lo guay y lo moderno, no se está hablando de otra cosa.

Por cierto, Vimcorsa solo construye en barrios de nueva urbanización, con cero servicios comunes cuando se realiza la vivienda, baja presencia de vecinos y alta sensación de inseguridad producto de la ausencia absoluta de vida. Obligan, además, a depender del automóvil. Si quieren género, pueden empezar por lo que no es la cocina.

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