Hazte premium Hazte premium

PROGRAMACIÓN CULTURAL

Salas de conciertos en Córdoba, cuando los mejores discos están vivos

Los recintos dedicados a música en directo han resistido a la crisis y ven con esperanza el futuro

Fernando Ortiz y Marisol Membrillo, en Café Málaga RAFAEL CARMONA

LUIS MIRANDA

Apenas unos meses antes de que llegaran a actuar en recintos de gran formato y se ganaran el aplauso de un público muy amplio, el grupo Supersubmarina actuó en Córdoba. No estuvo ni en el Gran Teatro ni la Axerquía, sino en un local para unos 300 espectadores en el Centro de Córdoba. Long Rock es una de las salas que, al margen de ser bares de copas y servir para el ocio, se dedican a ofrecer música en directo y a llevar una oferta de grupos y artistas interesante mucho más allá de lo comercial.

Al frente del Long Rock está Juan Francisco Prieto , un bajista de Linares que tras haberse subido a los escenarios quiso que, igual que muchos futbolistas pasan a ser entrenadores, hacerse promotor de música. No esconde los problemas y los retos a los que se enfrenta su sala, pero empieza hablando de la satisfacción de haber podido llenar su sala con bandas y artistas emblemáticos , o con algunos, como Supersubmarina, que lo terminaron siendo después para satisfacción de quien ya los había contratado.

Juan Francisco Prieto, de Long Rock avisa de que es difícil atraer público «si el grupo no tiene nombre»

Por eso habla con orgullo de Revólver , Los Secretos y Ariel Rot , que han tocado en su sala. Ahí en gran parte está su satisfacción de estos años y sus retos, como el ciclo Órbita Acústica , que llevará a tocar a grupos cordobeses para darse a conocer.

Juan Francisco Prieto, en Long Rock ÁLVARO CARMONA

En buscar al público está uno de los principales problemas. «Es muy difícil motivar a la gente a venir si no es un grupo con una cierta repercusión », advierte, y ahí se da la paradoja de que el que tenga nombre, viene con un caché que hace casi inviable la rentabilidad en un local pequeño , y el que sí puede tocar no atrae al público suficiente. ¿La solución? Mucho oído, orientarse y ver la repercusión que tiene en internet y las visitas de youtube. «Todo en un momento en que el mercado discográfico no existe », tras la aparición de intenet, y en que también bajó el gasto en ocio por la mala situación económica.

Para Marisol Membrillo, de Café Málaga y Golden Club, hay «un crecimiento entre las salas y el público»

De eso habla también Marisol Membrillo , conocida actriz que ahora colabora con su pareja, Fernando Ortiz , en la gestión de dos locales emblemáticos en el Centro: Café Málaga y Golden Club . El primero, más pequeño, se dedica al jazz entre otras actividades, el segundo, a conciertos algo más amplios. Están también satisfechos, aunque admite que « no es fácil », también se constata mejoría con el paso de los años. ¿Y hay que educar al público? Marisol Membrillo entiende la pregunta, pero prefiere evitar ese verbo: «Hablamos mejor de un crecimiento juntos ».

Mucho más veterano es otro de los espacios emblemáticos, el J azz Café , que abrió sus puertas en los primeros meses de este siglo XXI y que fue pionero en traer este género de música a Córdoba. Su dueño, José Luis Cabello , es consciente de que aunque haya un público fiel, también es un género minoritario , y aunque el públco se va formando, explica que se nutre en una parte muy importante de turistas y personas que no residen en la ciudad, atraídos por la música en directo que se ofrece en el local. «Son mayoría los cordobeses, pero sólo un 70 por ciento , los demás son de fuera», aclara.

José Luis Cabello, en Jazz Café ÁLVARO CARMONA

Ha habido algo de pedagogía, porque en este tiempo se ha conseguido « más respeto por los músicos » y más afición por un tipo de música, En muchos casos han tenido cierto renombre en el mundo del jazz, como varias actuaciones del guitarrista valenciano Ximo Tébar , que ha visitado el Festival de la Guitarra en más de una ocasión, y el saxofonista y flautista Jorge Pardo .

José Luis Cabello, veterano al frente de Jazz Café, dice que ahora hay «más respeto por los músicos»

Quedan problemas administrativos, como el que se deriva de los problemas de la música. Long Rock, insiste el gerente, tiene el aislamiento acústico conforme a la normativa, pero siempre hay un problema puntual, en concreto con el punto del escenario en que se sitúa la batería . Por ahí se cuela el ruido y ha habido problemas hasta que el local firmó una declaración responsable, que significa que asume los problemas en detrimento del Ayuntamiento. Para José Luis Cabello, de Jazz Café, «el problema del directo es que no se quere hacer legal, cuando con un limitador no debería haber problema», relata para explicar que él también ha tenido quejas de los vecinos de su local. Todo se multiplica, coinciden, cuando hay muchos músicos», lo que hace que el sonido crezca y lleguen las protestas.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación