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Baltasar López - Primera Plana

Los superhéroes de Cáritas

Tanto los que reciben la ayuda de esta oenegé como los que la hacen posible son excepcionales superhombres y supermujeres

Dos de las protagonistas del reportaje que se cita en este artículo ÁLVARO CARMONA
Baltasar López

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Cuando Cáritas nos cuenta que en un año ha ayudado a más de 20.000 familias en la provincia, que ha atendido a un millar de sin techo o que contrató a 229 personas en riesgo de exclusión social, sabes que detrás de las cifras hay seres humanos a los que la existencia se les ha tornado inhumana. Seguro que había escrito frases similares a esta última de manera mecánica muchas veces. Hoy ya no la he tecleado de esa manera.

Para elaborar un reportaje de ABC , tuve ocasión la pasada semana de conocer a beneficiarios de programas de esta oenegé de la Iglesia . Fue un día de trabajo del que saqué mucho más que un artículo. Recibí lecciones de vida . Porque me impresionó la charla que tuve con Isabel . Es una asturiana de 52 años que, tras sufrir la violencia de género, vio cómo las calles de Málaga se convertían en su cama. Lleva desde octubre en la Casa de Acogida de Cáritas. En ella, se ofrece a las personas sin hogar dejar de ser sin techo, pero no sólo facilitándoles las cuatro paredes y la comida que a nadie deberían faltar, sino planteándoles un itinerario de inserción. Por él transita Isabel, ligera de equipaje material, pero cargada de esperanza: el deseo de dejar el hachís, tras 32 años, o de dar luego el paso de alquilar una habitación en piso compartido.

Me estremeció el relato de Pilar . Es fácil reconocerse en ella si a uno le hubiera golpeado la vida con saña. A cualquiera se le torcería la existencia si, con tres hijos, tú y tu marido os quedarais sin trabajo un lustro y, además, tu pareja enfermara. Eso le pasó a ella, que tuvo que recurrir a la oenegé de la Iglesia o a la Cruz Roja para lograr comida o para que le pagaran la luz. Confiesa que lo hizo con vergüenza . Seguro que lo vivió así, aunque yo sólo pude sentir el coraje de una familia que hizo lo que hiciera falta para sacar a sus descendientes adelante. Eso quedó atrás. Pilar lleva ocho meses trabajando en Dorcas (taller de confección de Cáritas). Allí intenta hacerle un traje a medida a su porvenir: aprende el oficio de la costura, que antes sólo era su hobby, para dedicarse a él cuando dé la última puntada a su formación.

Ella, Isabel , las otras personas con las que hablé para este reportaje y los miles de beneficiarios de esta oenegé de la Iglesia son superhombres y supermujeres a los que los más crueles villanos, la falta de empleo; la pérdida de su casa; una enfermedad; una adicción; una tragedia o varias de estas cuestiones juntas, no han doblegado, aunque el destino les lanzó toneladas de kriptonita . Les han ayudado a ganar la batalla otros seres con poderes excepcionales: los educadores, los trabajadores sociales... de Cáritas, así como los más de 1.000 socios y los más de 1.700 voluntarios que tiene en Córdoba . Tanto los que reciben su ayuda como los que la hacen posible son superhéroes a los que tengo la obligación moral de hacer un reconocimiento.

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