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El metro de Granada sigue con incidencias y sin fecha de inauguración

La administración ha retrasado una y otra vez la puesta en marcha del metro y desde mayo trabaja en el «horizonte» de julio

El metro de Granada IDEAL

LEO RAMA

La noticia es la misma desde hace cuatro meses. El metro de Granada, que empezó en febrero su fase de pruebas tras una década de retrasos, sigue sin arrancar y sin una fecha más o menos concreta para su inauguración. La Junta de Andalucía lleva todo este tiempo justificando la demora en base al elevado número de supuestas «incidencias» registradas al toparse el tranvía con coches mal estacionados y peatones imprudentes .

La administración ha retrasado una y otra vez la puesta en marcha del metro y desde mayo trabaja en el «horizonte» de julio . A falta de pocos días para que se cumpla la última fecha dada por la Junta, los problemas persisten. A pesar de los intentos de la Junta -que ha aumentado el número de trenes en funcionamiento- por corregir dichas incidencias, éstas se han mantenido invariables durante todo el periodo de pruebas. De hecho, han aumentado proporcionalmente.

De forma paralela a las continuas demoras, en la ciudad ha crecido el temor a que la explotación comercial del metro no llegue a producirse en ningún momento. O que, una vez inaugurado, deje de prestar sus servicios al poco tiempo. Porque de nada están sirviendo las campañas de comunicación y concienciación implementadas por la Junta, en vista de los datos publicados , y ya existe el precedente del metro de Jaén, que cerró hace unos años por no ser rentable.

La clave reside en la velocidad media del metro , que en estos momentos -y desde que empezó la fase de pruebas- se encuentra a la mitad de lo que se esperaba. La gran cantidad de intersecciones por las que circula dificultan su normal actividad, pues la mayor parte del trazado está sobre tierra . Esto mermaría seriamente la utilidad y la competitividad del tranvía frente a otros medios de transporte, pues los tiempos de viaje podrían no resultar atractivos para los usuarios.

A la caótica puesta en marcha del metro hay que sumar los accidentes - al menos dos colisiones o el fallecimiento de un operario que murió aplastado por un ascensor- y la nula coordinación con el sistema de semáforos, que aún siguen sin estar regulados para la correcta circulación de este medio de transporte.

Y hay más rarezas, con conflicto laboral incluido. Algunos conductores han renunciado ya al puesto . Incluso la empresa adjudicataria ha comunicado a personas seleccionadas que no contará con ellas sin motivo aparente .

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