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POLÍTICA

Pedro Sánchez toma la bandera del 28F en su reencuentro con Susana Díaz

En su primer mitin conjunto de precampaña, Susana Díaz le fuerza un compromiso en Dependencia y arremete contra la «pinza» de Anguita en los noventa

Pedro Sánchez, en el Palacio de Congresos de Granada

DIEGO MÁRQUEZ

Como un opositor esforzado, a sabiendas de que ahora va la vencida, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se esmeró en aparentar buena relación con la presidenta Susana Díaz en su primer mitin de precampaña conjunto en Andalucía. Además, tiró de argumentario verde y blanco.

«El próximo 26 de junio estamos convocados a un referéndum por el cambio» que «no tiene intermediarios», señaló en referencia a Podemos . Luego, se quiso ganar a su principal rival interna con promesas concretas, como la recuperación del 50 por ciento correspondiente al Gobierno central para la Ley de Dependencia.

Pero además hubo referencias más líquidas no por ello menos efectivas. «El 28 de febrero dijisteis que ésta es una tierra de igualdad y de oportunidades», señaló Sánchez en un auditorio en el que le escuchaba en primera fila su «ministrable» para la reforma constitucional, Gregorio Cámara, número 2 de la lista de Granada al Congreso.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se vanaglorió de sus políticas, obviando los récords de paro y corrupción institucional, para detenerse en la «pinza» entre José María Aznar y Julio Anguita en los noventa que ahora en su opinión tiene «herederos» en la confluencia de la izquierda radical.

«¿O es que el padre de lo que estamos viendo ahora, que es la pinza, no es Julio Anguita?» , señaló Díaz que sacó tono maternal para espetarle a Pedro Sánchez que no solo a él negó el apoyo a lo largo de la historia la izquierda radical sino «a todos los que pudo, soñando siempre en destruir al PSOE».

Pero más que entrar en el barro contra Podemos, como prometió, Susana Díaz empieza a preocuparse por que el PP le pise los talones en Andalucía donde necesita ganar «muy bien». Así que dedicó a Mariano Rajoy todo tipo de críticas de brocha gorda tras llamarle «mentiroso compulsivo», un presidente «que no está a la altura». Le afeó hasta que trate de embridar el déficit, «la bicha que siempre utiliza Rajoy cuando quiere meter las tijeras».

Antes los dirigentes socialistas habían un paseo por el centro de Granada, en fiestas por el Corpus. Iban, con el nuevo alcalde, Francisco Cuenca, en busca de los típicos selfies propios de estas citas, forzando la conexión personal que no tienen.

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