El PSOE de Jaén, en contra del monumento a la Virgen de la Cabeza

Pocos días antes de que la presidenta de la Junta, Susana Díaz, se fotografiara con la imagen de la Virgen de la Cabeza llevando el estadal de peregrina en el santuario del Cerro, el grupo socialista en el ayuntamiento de Jaén rechazaba la intención de levantar un monolito en honor a «La Morenita» en el recinto deportivo de La Salobreja. El concejal del PSOE, José Manuel Colmenero, cree «no es algo usual encontrarlo en unas instalaciones de este tipo y menos unas públicas, donde el Ayuntamiento debe observar tolerancia hacia los usuarios de todas las confesiones, incluso aquellos que no tienen ninguna. No olvidemos que vivimos en un Estado aconfesional» y acusó al alcalde, el popular José Enrique Fernández de Moya hace uso « en el ámbito de lo religioso de un paroxismo mal medido y de una difusa separación entre su condición de miembro del Partido Popular y de alcalde de todos los jiennenses». 

La idea de levantar el monolito en este lugar se justifica en la petición realizada en su día por el hermano mayor de la cofradía de la Virgen de la Cabeza en, José Antonio Martínez al ayuntamiento para señalar el lugar al que vienel que todos los años la cofradía de Colomera para arrancar su peregrinación al cerro del Cabezo. Desde el municipio se atendió esa petición que ha levantado las protestas del grupo socialista y del edil José Manuel Colmenero que argumentó que «la acción política nunca debe ser dirigida a adoctrinar en la fe y menos desde la imposición», y añadió que la decisión de colocar el monolito en un pabellón polideportivo no se haya «ni debatido en el Ayuntamiento ni solicitado por ningún colectivo, y menos para tomar la decisión de colocarlo en un recinto deportivo, símbolo de tolerancia, respeto y juego limpio». 

El concejal lamenta la «escasa sensibilidad de De Moya, no ya porque como alcalde representa a todos los jiennenses, no solo a los católicos, sino por relegar a un entorno anodino un monumento a una advocación tan popular habiendo otras fórmulas más lógicas y que chirríen menos, lo que demuestra que, a fuerza de imponer, está perdiendo incluso el norte del buen hacer».