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Sociedad

De cómo Úbeda perdió una academia de la Guardia Civil y Baeza encontró una mina

La ciudad aún lamenta el cierre de la institución, que reporta millones de euros al municipio vecino

Academia de la Guardia Civil de Úbeda.

JAVIER LÓPEZ

Principios de los ochenta: una empresa textil de Úbeda confecciona los uniformes de los guardias civiles de toda España . Otro comerciante de la ciudad vende las taquillas a la academia en la que se forman como agentes. Un tercero suministra carne para 2.000 mozos. El dinero de la compra masiva de pan también queda en casa. Como el de alquiler de los pisos y el de las consumiciones en los restaurantes. El flujo económico que genera la institución enriquece al municipio, que, sin embargo, se propina un tiro en el pie al desatender la petición para ampliar las instalaciones, lo que, con el tiempo, motiva su cierre.

Casi 20 años después, la asociación de amigos de la guardia civil aclara que detrás de las trabas administrativas subyacía la animadversión del alcalde socialista de la época, José Gámez, por la benemérita. Lo suscribe el portavoz popular del Ayuntamiento de Úbeda, José Robles , quien achaca al regidor del PSOE la frase de que el guardia civil más cercano lo quería por encima de los Pirineos. La academia no se alejó tanto. Sólo lo hizo 10 kilómetros, los que median entre la ciudad de los cerros y la vecina Baeza, cuyo alcalde ochentero, José Luis Puche , de UCD, puso una alfombra roja al instituto armado para que llevara a cabo sus cursos en ella.

"Puche le dio facilidades para que se instalara en Baeza, mientras que en Úbeda todo eran zancadillas", asegura Javier Calvente , presidente del PP baezano, quien resalta el desarrollo económico experimentado por su municipio desde que se puso en funcionamiento la academia. Calvente ha hecho cuentas: " Las guardias civiles gastan cada año, como poco, en torno a 6 millones de euros en los comercios de la ciudad y la academia adquiere otros 6 en bienes a los establecimientos ". Lo que explica 2 cosas: el considerable nivel de vida del que disfruta la población y el sarcasmo del dirigente popular: "Aquí se dice que ese alcalde de Úbeda ha sido el mejor alcalde de Baeza de la historia".

Para el PSOE de Úbeda, sin embargo, la acusación es injusta porque no se fundamenta en los hechos. Una fuente de este partido aclara que aunque José Gámez había sido perseguido duramente por el régimen franquista, no quería, sin embargo, acabar con la academia . Añade, además, que tampoco tenía poder suficiente como para influir en una decisión de estas características. También considera incongruente que se responsabilice a Gámez, alcalde de 1979 a 1982, de un cierre que tuvo lugar 14 años después de que dejara la alcaldía. La raíz del problema, recuerda, es que en aquella época era complicado resolver el expediente de adquisición de los terrenos colindantes donde la academia pretendía construir la escuela de la Guardia Civil.

Por su parte, el ubetense Fernando Gámez de la Blanca , vicepresidente de la asociación de amigos de la Guardia Civil, cree que faltó voluntad política y lamenta la oportunidad perdida. Recuerda que a finales de los años 70 el Ministerio del Interior tenía previsto aglutinar en Úbeda al conjunto de las academias de la Guardia Civil diseminadas por España. Lo que supondría multiplicar el número de agentes y, en consecuencia, los ingresos. Sin embargo, el Ayuntamiento, lejos de agilizar los trámites, obstaculizó, en su opinión, el intento. Y no sólo al bloquear la ampliación de terrenos, sino también al no acometer las conducciones de agua que le solicitó la Guardia Civil para que la academia dispusiera de un suministro derivado de la red pública.

Los problemas del abastecimiento de agua potable influyeron en el cambio de sede social de la academia, según José Robles, quien asegura que el consistorio ubetense se negaba a acometer la conducción solicitada, por lo que la benemérita tenía que utilizar camiones cisterna cargados en las fuentes públicas para cubrir las necesidades de los agentes. El PSOE replica que esta acusación es un despropósito . Explica, al respecto, que en aquella época el problema de abastecimiento de agua lo sufría toda la población.

Al déficit de suministro también alude Antonio Gámez Lamarca , miembro de la asociación de amigos de la Guardia Civil, que considera que la actitud del equipo de gobierno contraria a la academia determinó el desenlace, a pesar de que se recabaron firmas para que la institución permaneciera en Úbeda. " Conseguimos 10.000, pero la decisión de irse a Baeza ya estaba tomada ".

Fue, con todo, una muerte lenta. Aunque la escuela de la guardia civil de Baeza se inauguró en 1984, hasta 1996 permaneció abierta también la academia de Úbeda, en la que se formaba entonces más de un millar de guardias civiles. Finalmente, sin embargo, al objeto de reducir el gasto, el Gobierno apostó finalmente por las modernas instalaciones baezanas y clausuró las vetustas dependencias de Úbeda. A su cierre siguieron el de cines, restaurantes y comercios de la ciudad , recuerda Robles, que responsabiliza de la debacle empresarial al viejo PSOE. "Siempre lo han negado, pero en Úbeda hasta lo niños saben que los socialistas provocaron la pérdida de la academia", apostilla.

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