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protesta

Las prostitutas de Málaga, en pie de guerra

Unas 150 profesionales del sexo se manifiestan por un lugar «digno» donde ejercer

Las prostitutas de Málaga, en pie de guerra francis SILVA

Francisco Javier Flores

Alrededor de 150 prostitutas se han manifestado este domingo en el polígono Guadalhorce de Málaga para protestar por las precarias condiciones en las que vienen realizando su trabajo en los últimos meses y para exigirle al Ayuntamiento que les ceda una nueva ubicación en la que instalarse.

«Lo que pedimos es un lugar que reúna las condiciones de seguridad e higiene, a ser posible un espacio cerrado con baños públicos», afirma Daniela, una de las representantes de la Asociación de Mujeres, Travestis y Transexuales Trabajadoras Sexuales en España (AMTTTSE), que mantendrá el día 18 un encuentro con representantes municipales.

El detonante de la protesta ha sido la imposibilidad de trabajar en el solar de la carretera de la Azucarera en el que venían haciéndolo hasta ahora, al haberse transformado en una escombrera insalubre. Debido a ello, se han tenido que trasladar a otras zonas del polígono, lo que les ha reportado no pocas multas, al verse abocadas a transgredir la Ordenanza para la Garantía de la Convivencia Ciudadana y la Protección del Espacio Urbano de Málaga, que entró en vigor a finales de 2010.

«Han llenado la parcela de chicos y de escombros y han puesto iluminación. Los coches pueden entrar, pero para nosotras es muy difícil trabajar ahí», afirma Daniela sobre el enclave en el que venían ejerciendo, propiedad de la Junta de Andalucía.

Ataviadas con caretas y esgrimiendo pancartas en las que reivindicaban sus derechos, las prostitutas se han concentrado entre las naves 11-13 del polígono Guadalhorce, una zona en la que llevan desempeñando su labor desde hace muchos años y de la que no quieren marcharse.

«Nos dicen que debemos estar a 200 metros de la actividad comercial y no queremos perjudicar al comercio, pero lo que no vamos a marcharnos es a Mercamálaga o a otra zona en la que estemos aisladas socialmente», sentencia la representante de AMTTTSE, un colectivo que requiere de ciertos servicios, como bares, restaurantes o transporte público. «Nosotras también somos consumidoras y tenemos derecho a comer», añade.

«Todo trabajador tiene sus derechos, también las trabajadoras sexuales», reseña por su parte Luna López Jurado, para quien este requerimiento se hace más patente al estar muchas de las profesionales del ramo «dadas de alta en la Seguridad Social».

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