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cultura

Francés: «El CAC es un centro de arte de referencia internacional y necesita crecer»

El director del centro analiza sus diez años de vida, en los que ha acogido a artistas de talla mundial y se ha adelantado en muchos casos a las tendencias del mundo del arte

Francés: «El CAC es un centro de arte de referencia internacional y necesita crecer» abc

Francisco Javier Flores

El Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga está de enhorabuena, primero porque en 2014 cumple diez años de vida y para hacer balance ha inaugurado recientemente la muestra colectiva «Las huellas del camino», pero además porque la ONCE le dedicará el cupón del próximo 14 de noviembre con motivo de dicha efeméride. Su director, Fernando Francés, analiza en esta entrevista su fulgurante pasado y el futuro que espera al centro, que es pilar fundamental del modelo cultural implantado en la capital en los últimos años.

-¿Qué va a poder encontrar el espectador en esta exposición retrospectiva?

-Hemos incluido a los artistas que creemos que son los más significativos de estos diez años, aquellos que han contribuido a que el CAC tenga el reconocimiento que tiene y con cuyas exposiciones hemos aportado más al discurso del arte contemporáneo. La muestra recuerda las pisadas que hemos dado.

-¿Cuáles han sido las exposiciones más importantes que ha acogido el centro?

-Un hito al año de inaugurarse el CAC fue la exposición de Gerhard Richter, la cual hoy sería prácticamente imposible. Además, hemos atendido a grupos de creadores que estaban llamando la atención en alguna parte del mundo. Por ejemplo, los artistas de la costa oeste americana, como Paul McCarthy, Raymond Pettibon, Jason Rhoades y Cara Walker; los de la Young Brittish Generation, como Rachael Whiteread, Tracey Emin y Liam Gillick; o los pintores actuales alemanes: Neo Rauch, Daniel Ritcher, Tal R y Matias Weisher.

Ha habido también algunos momentos de adelantarnos a las circunstancias, con lo cual nuestra mirada iba tomando posiciones en el mundo del arte y nuestra influencia iba subiendo. Eso pasó con Cara Walker, que expuso aquí cuando le acababan de dar el premio Whitney en Estados Unidos pese a tener por entonces 39 años.

Luego, hay ciertas exposiciones que a mi me han dado una gratificación personal indudable. Entre ellas citaría la de William Kentridge, que es un artista «top 15» de los últimos tres siglos y que aquí se mostró encantado; la de Anish Kapoor, que dijo en la Royal Academy que para él había un antes y un después de Málaga; y la de los Chapman Brothers, que compraron en Sotheby's una serie de los «Desastres de la guerra» de Goya y la pintaron expresamente para ser presentada aquí.

-¿Es igual de difícil innovar ahora que al principio?

- Al principio tuvimos que hacer un ejercicio de persuasión bastante notable, aunque hoy ya no nos supone el mismo esfuerzo conseguir a los grandes artistas. Además, creo que se han ido siempre con muy buen «feeling» por cómo se les ha tratado y el boca a boca funciona en el mundo del arte.

A la vez que vamos cerrando etapas, nos vamos fijando en otras cosas. El año que viene contaremos con Michaël Borremans y estamos hablando con Marlene Dumas, centrándonos así en los Países Bajos. Además, este año hemos hecho una exposición colectiva con obras de arte urbano de la colección de Serim Varol y a partir de ahí iniciamos una serie de muestras de artistas populares. Vamos a traer la primera exposición de KAWS en España, para el año siguiente estamos hablando con JR y con Obey para el próximo. Nos gusta que nuestra mirada no sea típica, sino descubrir cosas que otros no han visto antes que nosotros.

-Málaga ha virado en los últimos años hacia un modelo cultural. ¿Cuál ha sido el grado de influencia del CAC en esta transición?

-Creo que Málaga en los últimos veinte años ha dado un cambio a un ritmo espectacular. Nosotros hemos influido muchísimo, sobre todo porque empezamos a dar calidad cultural antes que los demás museos, porque simplemente no existían. Siempre hemos planteado nuestra estrategia pensando en primer lugar en los malagueños. Hay que decir que hemos multiplicado por cuatro los visitantes del primer año, llegando a los 400.000 al año. Con todo, yo valoro más la calidad al público.

Los malagueños han empezado a entender que aquí había una oferta que podía modificar su forma de vida o que podía ayudarles a entender el mundo de otra manera. La gente es muy consciente de qué viene a ver y especialmente los turistas, porque la visita no les va en un paquete turístico.

-¿Qué metas se pone para los próximos diez años?

-Había un anteproyecto de Moneo para expandirnos hacia el río que se paralizó con la crisis. Es difícil crecer en actividades, en calidad y en público y no hacerlo en espacio. Una de las ventajas de que el Ayuntamiento cuente con tanto patrimonio arquitectónico es que, aunque puede que no crezcamos hacia el río, lo hagamos en otro edificios. El CAC es un centro de arte de referencia internacional y necesita crecer.   

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