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Educación

La Quiropráctica se reivindica

Alumnos de escuelas y facultades de 23 países celebran en Fuengirola su congreso mundial

La Quiropráctica se reivindica abc

P. D. A.

Estudiantes de Quiropráctica de 23 escuelas y facultades de numerosos países celebran estos días en Fuengirola un congreso mundial para visualizar una profesión que en la inmensa mayoría de los Estados desarrollados se ha incorporado al circuito sanitario, pero que en España aún no ha sido regularizada. Una situación que esperan que las instituciones solucionen cuanto antes, lo que permitiría poner en marcha grupos de trabajo multidisciplinares de los que se beneficiarían los pacientes.

El presidente de la Asociación Española de Quiropráctica (AEQ), Carlos Gevers, explicó a ABC que es necesario dotar a esta profesión de una  regulación que proteja tanto al profesional como al paciente. «El Gobierno debe responder y por eso tratamos de hacer visible este problema», señaló.

Gevers no alcanza a entender por qué España no se equipara con países como Estados Unidos, Japón, Canadá, Inglaterra o Francia, que han dado a esta profesión de un armazón normativo que evita los casos de intrusismo.

Nuestro país cuenta en la actualidad con dos escuelas que imparten Quiropráctica y que se adaptan a los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que exige 4.000 horas lectivas para obtener la licenciatura y ejercer. Isabel Domingo estudia en una de ellas, el Madrid College of Chiropractic, vinculado al Real Centro Universitario María Cristina.  Esta joven señaló que detrás de las reticencias a regularizar la profesión que en un futuro quiere ejercer en España sólo hay «ignorancia». «No queremos competir con los fisioterapeutas, porque son disciplinas distintas que se pueden compaginar», añadió.

Guillermo Busto, el organizador de este congreso, que alcanza su 37ª edición, comparte esta opinión. Alumno de la Barcelona College of Chiropractic, asociada a la Universidad Pompeu Fabra, recordó que «la filosofía de base de ambas disciplinas es distinta», por lo que lamentó la oposición de los Colegios de Fisioterapia a que se normalice la situación de los quiroprácticos. «Ellos tuvieron una lucha similar con los traumatólogos, así que confiamos en que se encuentre una solución pronto», manifestó.

Domingo señaló que se debería avanzar en una integración de las distintas disciplinas, «como ocurre en otros países», para crear equipos multidisciplinares en los que participarían traumatólogos, fisioterapeutas y quiroprácticos, de los que se beneficiaría el paciente.

Carlos Gevers recordó en este sentido la existencia de diversos estudios sobre la influencia en un sistema sanitario de la aplicación de terapias de quiropráctica: menos días de baja, un menor consumo de medicamentos y una reducción de en torno al 30 por ciento de intervenciones quirúrgicas.

«España debe avanzar en regularizar esta actividad» y así evitar los casos de intrusismo que se producen y que el presidente e la AEQ resume con un revelador ejemplo: «Se están impartiendo cursos online de quiropráctica. ¿Alguien se imagina a un cirujano aprendiendo a través de unas lecciones por Internet? Esto es lo que crea el vacío normativo».

Tanto Isabel como Guillermo expresan su deseo de poder ejercer en España como profesionales sanitarios regulados y demostrar que, como ocurre en los principales países desarrollados, pueden ser muy beneficiosos para la sociedad. «Esta es una disciplina muy interesante y bonita porque se cambia la vida de la gente aliviando su dolor», señalaron.

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