Hazte premium Hazte premium

Atracciones animales con polémica en Málaga

Expertos denuncian el trato reciben los ponis de las ferias y los caballos de paseo, que llegan a quedarse sordos, padecer anorexia y fallecer por infecciones

Atracciones animales con polémica en Málaga abc

P. D. A.

El verano es la estación elegida por muchos municipios andaluces para celebrar sus tradicionales ferias. Unas fiestas en las que los ponis y caballos se convierten en atracciones en las que no se cumple la legalidad. Animales que prácticamente se vuelven locos, que se quedan sordos por la machacona música que se escucha en estas celebraciones y a los que obligan a trabajar horas y horas sin descanso y alimento hasta el punto de sufrir lesiones que derivan en amputaciones de patas. Así lo ha denunciado en reiteradas ocasiones la asociación CYD Santa María, que se apoya en estudios universitarios y en expertos en la salud de los equinos para argumentar su oposición a este tipo de divertimentos.

Uno de los informes más críticos con las atracciones con ponis y caballos es del Servicio de Cirugía Equina de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba (UCO). El documento, que arranca recordando que desde 1977 existe una Declaración de los Derechos de los Animales, recomienda que el equino sea alimentado dos o tres veces al día, además de tener acceso libre al agua; y afirma que, ante cualquier indicio de cansancio, deshidratación sobreesfuerzo, enfermedad o dolor «debe suponer la inmediata suspensión del trabajo».

Pero la citada asociación defiende que los animales rara vez reciben estos cuidados. En una denuncia interpuesta recientemente contra los propietarios de una atracción de ponis en Alhaurín de la Torre (Málaga) se alertaba de las dudosas condiciones en las que estaban los equinos. Fue una más. Con anterioridad se había informado de problemas similares y los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil reflejaron en sus actas desde la ausencia de las pertinentes tarjetas sanitarias, hasta la «carencia de medidas higiénico sanitarias» o que los animales en «espacio de unos siete metros cuadrados».

CYD Santa María advierte de que muchas de estas «mal llamadas» atracciones incumplen la Ley de Protección Animal andaluza, el Real Decreto 804/2.011 sobre explotaciones equinas y la mayoría de las ordenanzas municipales.

Aunque las denuncias más graves están relacionadas con las consecuencias físicas que padecen los ponis y caballos y que en ocasiones se traducen en «graves heridas cubiertas de sangre y moscas, y sin viso de tratamiento alguno».

Un veterinario del equipo olímpico español de Equitación extrapola esta delicada situación a los coches de caballos y carruajes que en muchas capitales de provincia y municipios se utilizan como reclamo turístico. «Con frecuencia se observan procesos de deshidratación severa», señala, para afirmar que se aprecian casos de falta de alimento que derivan en «anorexia y caquexia que dan lugar a imágenes de equinos extenuados».

Este profesional explica que los periodos de trabajo superiores a cuatro horas pueden provocar «una alteración severa del ciclo metabólico» de estos animales. «Las enfermedades del casco también son muy frecuentes y sin la actuación adecuada de un veterinario y un herrador se producen cojeras crónicas que cursan en procesos muy dolorosos para el caballo y que suelen terminar con la muerte del mismo», denuncia en un informe.

Un paso atrás

La presidenta de la citada asociación, Concordia Márquez, explicó a este periódico que «este tipo de espectáculos, independientemente de que las actuales leyes ya los condenen por cuestiones de sanidad, seguridad y bienestar animal, son un paso atrás en la educación y desarrollo moral y cultural de toda una generación».

«Los niños, que hoy en día son los principales usuarios de este tipo de actividades, serán los que el día de mañana tengan que educar y concienciar a sus propios hijos; por lo que, una vez más, España llevará un retraso de más de cincuenta años en cuanto al resto de la mayoría de países europeos», agregó.

Márquez lamentó que se permita que los ayuntamientos «incumplan» las leyes de protección animal y salgan impunes de tanta «tropelía». «Pero que ya, encima, jueguen con la salud o posibles riesgos de niños en este tipo de espectáculos, autorizándolos, me parece una auténtica falta de ética, por no decir de educación», concluyó la presidenta de la asociación.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación