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Sucesos

Ofrecían sexo con menores a 30 euros y enviaban el catálogo por móvil

Desarticulan en Vélez-Málaga una red que explotaba sexualmente a adolescentes de 16 años sin que sus padres lo supieran

Ofrecían sexo con menores a 30 euros y enviaban el catálogo por móvil

P. D. A.

Tan solo horas después de que la Policía Nacional lanzase la campaña «Con la trata, no hay trato. Denuncialo», se conoce un brutal caso de explotación sexual que tiene a menores como protagonistas. Once personas han sido detenidas por agentes de las Ucrif de Málaga y Vélez-Málaga por presuntamente prostituir a menores de 16 años a las que ofrecían en un catálogo por móvil.

La Comisaría Provincial ha informado de que a los arrestados se les imputan los delitos de corrupción de menores, relativos a la prostitución y pertenencia a grupo organizado.

Las víctimas tenían 16 años y eran captadas por la organización sin que sus padres tuvieran conocimiento de la situación de explotación sexual a la que estaban siendo sometidas.

El jefe de la banda portaba en su teléfono móvil fotografías de las menores desnudas y las mostraba a los clientes para que eligieran. Tras acordar con ellos el precio por el servicio, que oscilaba entre los 30 y 40 euros , los miembros de la red recogían a la chica seleccionada en su domicilio y la llevaban hasta el lugar donde eran explotadas.

La investigación se inició en el pasado mes de febrero cuando se tuvo conocimiento de que en una casa, ubicada en un paraje de Vélez-Málaga , se podría estar explotando sexualmente a menores de edad. De esta manera, tras realizar varias pesquisas, los agentes comprobaron que había una organización dedicada a esta actividad, y que estaba dirigida por un sujeto que se encargaba de captar a las menores para que ejercieran la prostitución en una finca de su propiedad, alejada del casco urbano.

Los investigadores también identificaron al resto de miembros de la organización, parte de ellos dedicados a labores de vigilancia para alertar de la presencia policial, y otros encargados de trasladar a las jóvenes desde su lugar de residencia hasta la vivienda donde realizaban los servicios sexuales.

Una vez cesaban las demandas de los clientes, las víctimas eran conducidas de vuelta a su lugar de residencia sin que sus padres tuvieran conocimiento de la explotación sexual a la que la menor era sometida.

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