Hazte premium Hazte premium

Starlite 2015

Andrea Bocelli, la brillantez de un tenor popular para poner el broche a Starlite 2015

El festival marbellí cerró colgando el «todo vendido» y con el público entregado, sobre todo cuando el italiano se manejó en la versión más popular

Andrea Bocelli, la brillantez de un tenor popular para poner el broche a Starlite 2015 J. J. Madueño

J. J. Madueño

Lucían los vestidos largos de las señoras, se veía alguna pajarita, pese al calor, mezclada entre los «looks» veraniegos de los asistentes a Starlite . El festival cerraba la edición de 2015 por todo lo alto. La visita de uno de los tenores más cotizados del momento había colgado el cartel de «todo vendido». El público esperaba a Andrea Bocelli . Una voz brillante, con cierto terciopelo, según los libros de conservatorio, que se ha convertido en una de las grandes estrellas de la lírica, pero que ha conseguido alcanzar la brillantez más absoluta cuando la opera se aleja del repertorio y aparece la obra popular. Ese repertorio que no tiene tantos corsés, que le permite afilar las notas en torno a una orquesta alejada del clasicismo. Cuando aparecen las bandas sonoras o el pop , Bocelli encumbra los estilos a la categoría de culto. La voz brilla más que nunca y la potencia contenida se desborda para deleite de los espectadores, que aplauden espontáneos alejados de la etiqueta y los tiempos de un patio de butacas.

La noche comenzó con Verdi . La Obertura de «Nabucco», interpretada por la Orquesta Sinfónica del Vallés , sirvió de presentación para la noche y para que Marcello Rota comenzará a hacerse con los mandos de la dirección musical. Al final del concierto, Bocelli revelaría una insigne efeméride: la fecha de Starlite coincidió con el vigésimo aniversario del tenor y el director juntos sobre los escenarios. Una carrera conjunta que se palpa en la simbiosis entre ambos, el cariño con el que comparten confidencias o en la cuidadosa forma en la que Rota pasea al maestro italiano ante el respetable en cada aparición.

En la parte operística lucieron Verdi y Puccini sobre el resto. Bocelli interpretó los sueños de Puccini en «Manon Lescaut», «Gianni Schicchi» y «La Bohéme». Por el contrario, el repertorio, junto a la soprano Paola Sanguinetti , desgranó a Verdi en «Rigoletto» y «La Traviata». Pinceladas de los clásicos italianos que estuvieron acompañadas por la obertura de Bizet en «Carmen» o por la «Mattinata» de Leoncavallo en «Sentimento». Uno de los momentos más especiales de la noche fue cuando apareció Giordano con «Andrea Chenier» en el dueto de «Vicino a te s’acqueta». Bocelli y Sanguinetti regalaron complicidad, dulzura y llenaron de romanticismo la piedra de La Cantera .

La segunda parte del concierto estuvo dedicada a su versión más popular y alejada de la ópera, donde dicen los entendidos que la voz de Bocelli brilla por encima del resto. Su brillantez, melodía y musicalidad le hacen sentirse cómodo en la obra más popular, donde saca lo mejor de sí y donde la sonrisa delata una cierta embriaguez musical en el tenor. «Amarcord» abrió la parte en la que el público se dio cuenta de que no estaba en un gran teatro de ópera. «Amapola» enamoró, «Mamma» llevo el patio de butacas de melancolía, «Funiculì Funiculà» desempolvó las palmas y «Passarella» de «8 a mezzo» de Rota fue una inflexión antes del delirio popular.

En «Aranjuez con tu amor» el patio de butacas estalló en ovación con las primeras notas y «Granada» demostró que la tradición no es baladí. Sacó imágenes de Pablo Picasso disfrutando de una de las costumbres más preciadas en este país: el toreo. Fue un italiano el que vino a recordar en estos tiempos que el arte tiene infinidad de vertientes y que no siempre es comprendido, pero debe ser respetado. Todos quisieron lanzarse a sus brazos cuando sonó «Bésame». Apareció Weiss con «Can’t falling in love» y Bocelli fue «Il gladiatore», antes de poner fin al repertorio oficial con «Canto della terra» junto con Ilara della Bidia , que le acompañaría en un casi eterno «bis».

Fuera de libreto estuvieron «Quizás», «Vivo per lei» o «Time to say goodbay» –«Con te partiro»–. Por último, y rememorando su historia más reciente, cerró con «Nessum Dorma» del Turandot de Puccini. Una obra que estrenó en el Teatro El Silenzio de Florencia a primeros de agosto y que ha grabado junto a Jennifer Wilson y el maestro Zubin Mehta . Una opera que tiene como curiosidad la participación del tenor andaluz Pablo García López en el personaje de Pong y que fue un broche de oro a su única aparición en España y a esta edición del Starlite Festival.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación