Hazte premium Hazte premium

PABLO RÁEZ

Esther Ráez: «Si queremos respetar el legado de Pablo, que se continúe con la donación de médula»

Pablo Ráez recibió la Medalla de la Ciudad de Marbella en un emotivo acto donde imperó el respeto a la figura del joven fallecido

Francisco Ráez, padre de Pablo, y Esther Ráez, hermana, recogen la Medalla de Marbella J. J. M.

J.J. MADUEÑO

Marbella volvió a volcarse con la figura de Pablo Ráez en la mañana de este martes. La ciudad le entregó la Medalla de la Ciudad, que fue otorgada en vida, pero que recibe después de su muerte. «Mi hermano no está, pero supo que se le iba a conceder. La tengo en mi mano, pero la lleva en su corazón. Se fue sabiéndolo », recordó Esther Ráez, hermana del fallecido, en un acto que comenzó con un respetuoso silencio a la entrada de la familia en el auditorio y que acabó en ovación ante cada cita, lágrima o recuerdo al joven icono andaluz de la lucha contra el cáncer . Sirvió para perpetuar a un chico que se propuso que se alcanzasen un millón de donantes de médula y que consiguió multiplicar la estadística. Las cifras hablan de un incremento de más de un 1.300 por cien en Málaga y de 40.000 donantes anuales más en España hasta 2020. «Si queremos respetar su legado, que se continúe con la donación de medula y sangre», señaló su hermana, que recogió la distinción junto a su padre, Francisco Ráez, de manos del alcalde de la ciudad, José Bernal, que entre lágrimas recordó su mensaje de amor y fuerza .

Pablo ha descubierto al mundo la importancia de donar médula. «Es indoloro y salva vidas» , repetía hasta la saciedad. «No lo hizo de manera egoísta. Lo hizo por todos. Él era un idealista que creía que el mundo podía ser mejor y que las personas eran las que hacían un mundo mejor », remarcó Esther. «Hay que hacer el bien, como lo ha hecho mi hermano desde su cama del hospital. Que estés enfermo no significa que no puedas hacerlo. Tienes que hacerlo, porque puedes hacerlo», subrayó la hermana, quien agradeció a todas las personas que se han hecho donantes su colaboración con la causa de Pablo.

En el recuerdo quedaron momentos duros. «He atestiguado el peor período de mi vida y de la vida de mis padres» , explicó Esther Raéz, quien relató como su familia le ha visto «sufrir durante mucho tiempo y es imborrable». «Sus gestos de dolor, el sufrimiento y su degradación. He visto mucho sufrimiento y es muy triste, pero hay otra parte de mi hermano», apuntó Esther, quien recordó una feliz infancia en la que era un niño alegre . «Me gastaba bromas y me asustaba por la casa. Se escondía en sitios esperando a que pasara. Se fue haciendo mayor y lo he visto seguir sonriendo», recordó su hermana, quien desveló que «hablaba con la sonrisa». «Trasmitía calma y alegría. Eso es lo mejor que puedo recordar de mi hermano», apostilló Esther.

Pese al dolor, la familia recuerda pequeñas historias de felicidad. «Me quedo con algo muy bonito del pueblo Marbella. Me consuela que mi hermano haya visto la calle Lobatas de nuevo emparedada . Tiene un aspecto diferente. Es preciosa y nos hemos hecho fotos ahí a propósito. En nuestra calle y en nuestro balcón», relató Esther, quien contó como Pablo fue «feliz con su calle Lobatas bonita y se bajaba al Parque de la Represa para escuchar su música».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación