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ATRAPADO TERREMOTO

Paran la búsqueda del malagueño atrapado tras el terremoto de México

La lluvia de las últimas dos horas ha hecho que se muevan los escombros y el rescate se vuelva peligroso

Las condiciones climatológicas dificultan las labores de rescate AFP

J.J. MADUEÑO

La esperanza da paso la desesperación según las horas en la familia de Jorge Gómez, el malagueño enterrado bajo los escombros en un edificio derrumbado por el terremoto de México el pasado martes. «Las últimas noticias no son alentadoras. Han parado la búsqueda », explica Alejandro Gómez, hermano del joven aparejador de 33 años desaparecido tras el temblor. Los equipos de rescate han tenido que detener el rescate en el 286 de la avenida Álvaro Obregón de la Colonia de Roma de Ciudad de México. «Lleva un par de horas lloviendo y ha habido un movimiento del edificio. El rescate se ha vuelto peligroso», afirma el hermano del desaparecido, que añade: «Estamos en el último aliento» .

Los mineros que están haciendo las galerías y los «topos» de la marina han parado, hasta que los técnicos hagan un estudio del asentamiento de escombros que les asegure que el inmueble es seguro para seguir excavando en busca de supervivientes a la tragedia. «Estamos esperando a que se reanuden las labores de rescate , pero ahora es peligroso actuar allí», recuerda el hermano, que asegura que los servicios de rescate van a priorizar la segunda planta del edificio. «Han descartado el resto del edificio porque sólo hay cadáveres. Van a ir a la segunda planta, ya que es el único lugar donde sigue habiendo vida», remarca Alejandro, quien apunta a que la esperanza sigue viva.

« En la segunda planta es donde está mi hermano , puede ser una de las personas vivas que hay allí», desea Alejandro, que asegura que su hermana Laura ya ha cogido un vuelo directo para México. Allí la espera Irene Lasanta, novia de Jorge, que está a los pies de los restos del edificio esperando que Jorge salga con vida de entre el amasijo de hormigón, tres días después de que el temblor de 7,1 en la escala Ritcher lo dejara atrapado. 

Jorge se encontraba trabajando en la segunda planta del edificio cuando comenzaron las sacudidas. Como responsable de la oficina organizó la salida de todos los empleados. Según cuenta su hermano, todos los trabajadores de la oficina comenzaron a desalojar el edificio y  Jorge se quedó el último, revisando que no quedara nadie dentro . Fue cuando el bloque de seis plantas de oficinas se derrumbó y lo dejó enterrado, junto a una compañera de trabajo. Horas después, una llamada alertaba de que estaban vivos: «Hola.  Me llamo Lizeth Cruz y estoy con Jorge Gómez. Estamos vivos  en Álvaro Obregón 286», se abría una vía para la esperanza que no se pierde entre los familiares, pese a las malas noticias que han llegado desde México en las últimas horas.

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