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La donación de Amancio Ortega que renovó el «parque arqueológico» andaluz contra el cáncer

Los 40 millones del dueño de Inditex permitirán al SAS sustituir más de la mitad de máquinas de radioterapia

Acelerador lineal de radioterapia en el hospital Virgen Macarena de Sevilla RAÚL DOBLADO

ANTONIO R. VEGA

El Servicio Andaluz de Salud (SAS) tenía un problema . El parque de equipo de radioterapia (el tratamiento empleado para curar el 40 por ciento de los cánceres) se estaba quedando viejo y necesitaba una actualización. Más de la mitad de los 31 aceleradores lineales de radioterapia (17) que estaban funcionando durante la crisis en los nueve hospitales regionales de la comunidad tenían más de diez años . Pero la política de austeridad y los recortes presupuestarios —debido al control del déficit público— impedían a la agencia pública de la Junta de Andalucía afrontar la factura multimillonaria que suponía su renovación. Uno de estos equipos, que utilizan rayos X para eliminar las células malignas, cuesta entre millón y medio y tres millones de euros . Un gasto demasiado elevado para una región que tiene que sostener a pulmón la actividad de 47 hospitales y cientos de centros de salud y de Atención Primaria.

La donación de 40 millones de euros por parte de la Fundación Amancio Ortega a la sanidad andaluza para comprar nuevos equipos de diagnóstico y tratamiento de tumores ha constituido una tabla de salvación, admiten en el SAS. Los primeros 25 aceleradores lineales con la tecnología más puntera del mundo han empezado a hacerse realidad para que Andalucía se coloque en la primera línea de combate contra el cáncer.

La Consejería de Salud disponía desde hace años de un plan que contemplaba la adquisición de máquinas más modernas para no quedar descolgados de los últimos avances terapéuticos, además de sistemas de control y de planificación. El programa elaborado por la directora del Plan Integral de Oncología del SAS, la doctora Eloísa Bayo , junto a otros profesionales, costaba 70 millones de euros. Eran 30 millones más del dinero aportado por el multimillonario dueño de Inditex. El plan estaba guardado a la espera de mejores tiempos para ponerlo en marcha con cargo a los presupuestos.

En los últimos quince años, la tecnología ha dado pasos de gigante. Los nuevos aparatos permiten actuar de forma más precisa sobre el tumor y limitar el daño ocasionado por la radiación en los tejidos sanos. «Teníamos un parque arqueológico, pero nos cogió la crisis y no podíamos incorporar las últimas novedades», explicó a ABC José Ramón Román, radiofísico y Responsable Técnico Contratación Centralizada de Asistencia Técnica de Tecnología Médica en el SAS.

La consejería tenía sus deberes hechos pero le faltaba lo más importante: el dinero. La redacción del plan integral de Oncología fue decisiva para agilizar la firma del acuerdo con la Fundación Amancio Ortega (FAO) en mayo de 2016. «La única condición que nos pusieron desde la FAO es que querían financiar un proyecto y ya lo teníamos », apunta Eloísa Bayo.

La acción filantrópica del mandatario de Zara ha funcionado como un gancho también para las tres únicas empresas proveedoras de aceleradores, que han aplicado importantes descuentos a sus máquinas. Los 70 millones en que se cifró el plan original se han quedado finalmente en 40.

El calendario previsto en el convenio suscrito entre la presidenta de la Junta, Susana Díaz, y la fundación del magnate de la industria textil se está adelantando. En torno al mes de febrero estará en marcha otro equipo en el Hospital Sofía de Córdoba, donde funciona desde junio el primer sistema de radioterapia intraoperatoria financiado por el dueño de Zara, que resulta muy eficaz para las mujeres con cáncer de mama. Con este innovador equipo, una sola dosis surte el mismo efecto que entre 15 ó 25 sesiones de radioterapia mediante un tratamiento convencional.

Un «súper ordenador»

Dentro del proyecto de actualización tecnológica que patrocina la FAO, en los próximos tres años está prevista la renovación de los tres aceleradores lineales que tiene el Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla . Fue uno de los primeros hospitales españoles en poner en marcha la radioterapia de intensidad modulada, que destruye las células tumorales con haces de radiación X de alta energía.

De todos los pacientes curados de cáncer, al menos un 40% han recibido radioterapia como parte de su tratamiento curativo y en un 16% de los casos la curación se debe fundamentalmente a la radioterapia. Este tratamiento se usa en muchos casos asociado a quimioterapia con intención radical, es decir con la intención de curar la enfermedad, o como un tratamiento complementario a la cirugía para reducir la posibilidad de recaída de un tumor extirpado.

La primera de estas intervenciones ha consistido en la actualización del acelerador Siemens Oncor instalado en el año 2010 en el hospital hispalense. Según explica la doctora Eloísa Bayo, la técnica denominada VMAT por sus siglas en inglés «permite administrar dosis de radiación más altas adaptadas a la geometría del tumor, para controlarlo, y dosis mínimas en los órganos sanos circundantes». Con un tratamiento más preciso, se evita dañar los tejidos sanos y reducir los efectos secundarios. Está indicado en los pacientes que padecen cánceres de próstata, pulmón, laringe, faringe, cavidad oral y sistema nervioso central.

Todo son ventajas. Se extrema el control de la enfermedad, aumenta la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes , que ven reducido el tiempo de exposición. El equipo del hospital hispalense, que durante el pasado año trató a 1.385 pacientes con radioterapia, utiliza además sistemas de imagen para guiar a la radiación mediante un TAC de simulación de la zona donde está localizado el tumor.

En el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla se está montando además un súper ordenador o centro de proceso de datos que va a mantener conectados a través de una red informática los equipos de radioterapia con los TAC o planificadores de tratamiento. A finales de 2018, seis hospitales andaluces estarán interconectados con este sistema, de modo que radiofísicos y especialistas de diferentes centros podrán intercambiar información y profundizar en la investigación, según detalla José Ramón Román.

La actualización de las máquinas financiadas por el mecenas de Zara constituye un desafío desde el punto de vista logístico y organizativo para el SAS. Se han aumentado los turnos de las sesiones durante los fines de semana y por la noche para que la sustitución de los equipos no interrumpa la actividad. En los sótanos de los hospitales se han tenido que reforzar o construir búnkeres con muros de hormigón de más de dos metros y medio de grosor para albergar nuevos aceleradores de electrones de hasta dos toneladas de peso, con el fin de evitar las radiaciones al exterior. Los sistemas son manejados por al menos dos especialistas y vigilados mediante cámaras de vídeo. La máquina, que consume un millón más de energía que un electrodoméstico del hogar, es tan potente que requiere un permiso del Consejo de Seguridad Nuclear.

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