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El Gobierno andaluz como tabla de salvación de Susana Díaz

La presidenta tiene todavía la sede de San Telmo y es la líder de la federación más importante del partido

La presidenta de la Junta, Susana Díaz EFE

STELLA BENOT

Susana Díaz, la lideresa andaluza es mujer curtida en mil batallas del partido. Pero hasta ahora no había perdido en ninguna de sus cuitas internas y mucho menos sufriendo un varapalo tan duro como el que le han dado los resultados de las primarias de ayer. Sin embargo, era una posiblidad y por eso había insistido en numerosas ocasiones durante la campaña electoral que no abandonaría la Presidencia de la Junta de Andalucía aunque fuese elegida Secretaria General del PSOE.

Era su puerta de salida de emergencia y la que va a utilizar a partir de ahora ya que, por el momento, sigue siendo la baronesa con más poder institucional de todo el partido porque gobierna la comunidad autónoma más poblada de España. Sobre todo teniendo en cuenta que Pedro Sánchez no tiene de momento ningún cargo público porque renunció a su escaño en el Congreso de los Diputados.

Pero Susana Díaz tiene un problema porque ni ella ni su equipo habían previsto un Plan B. Y ahora no tendrán más remedio que ponerlo en marcha en una situación de extrema debilidad política, un trago difícil de pasar y del que son plenamente conscientes todos los partidos de la oposición en Andalucía.

Estabilidad política

A su favor juega el hecho de que no tendrá que enfrentarse de nuevo a las urnas hasta la primavera de 2019 , cuando tendrá que convocar elecciones en Andalucía. Tiene, al menos a priori, dos años para recomponer su imagen y afianzar su poder en Andalucía. Es importante destacar que el primer líder andaluz en pronunciarse sobre el resultado del proceso interno del PSOE fue Juan Marín, el líder de Ciudadanos y quien le garantiza estabilidad en el Parlamento de Andalucía . Y lo va a seguir haciendo porque las palabras del líder naranja fueron precisamente una llamada a la estabilidad política y a volcarse en los problemas de los andaluces.

Un frente de tranquilidad que le llega a Díaz precisamente de fuera del PSOE porque las tensiones internas no harán más que crecer en el futuro. Y la lideresa andaluza es perfectamente consciente de ello puesto que sabe todo lo que se ha jugado en este proceso al que se ha presentado porque no tenía ya más salida que jugárselo todo a esta carta.

El congreso regional

Ahora ya sabe Susana Díaz que tiene un 36% de militantes críticos públicamente declarados y es consciente de que esa cifra no hará más que crecer en los próximos meses. Y la preocupación al respecto es importante porque la presidenta andaluza tiene que revalidar su liderazgo en Andalucía ya que hay que celebrar un Congreso Regional en el verano, que será probablemente en el mes de septiembre.

Los partidarios de Pedro Sánchez ya habían anunciado que iban a presentar un candidato alternativo en Andalucía a la Secretaria General del partido, al margen de quien fuese el ganador en las primarias federales. Con este escenario, ya no cabe ninguna duda de que lo harán.

La incógnita estará ahora en si serán capaces de hacer llegar la victoria de Pedro Sánchez hasta las entrañas del PSOE andaluz donde Susana Díaz controla (¿o controlaba?) todos los resortes orgánicos. La figura de Alfonso Rodríguez Gómez de Celis en este escenario se antoja todavía más importante para la necesidad que va a tener Sánchez de controlar al partido en todos los rincones de España. Su apoyo interno exhibido hasta ahora y el conocimiento que Gómez de Celis tiene de las agrupaciones socialistas por todo el territorio son, más que nunca, una amenaza más que cierta para Susana Díaz.

Y todo no termina ahí. Tras el congreso regional llegarán los provinciales y también ahí hay flancos débiles que el equipo de la presidenta - que se va a rediseñar sin ninguna duda en las próximas semanas- tendrá que encargarse de reparar con sumo cuidado. En el pasado, Pedro Sánchez no tuvo buena interlocución con los líderes territoriales del PSOE pero nadie garantiza ahora que los secretarios provinciales no abran una vía de diálogo con su nuevo líder federal.

De todas formas, los primeros movimientos serán mucho más que prudentes a la espera de que el PSOE andaluz se recupere de este tsunami. También hay que mirar al grupo parlamentario socialista que hasta ahora era un muro en torno a su lideresa. La nueva situación puede enrocarlo más en torno a su presidenta. Pero no hay que descartar que ocurra lo contrario y empiecen a contarse las deserciones también en la bancada que apoya a Susana Díaz.

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