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Hallan en la saliva del mosquito un parásito que transmite la malaria en aves

Durante el proceso de investigación, investigadores de Doñana pusieron en contacto cinco aves con un total de 1.560 mosquitos

Mosquito común en la piel humana AFP

ABC

Investigadores de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) y el área 'Epidemiología y Salud Pública' del Centro de Investigación Biomédica del Instituto de Salud Carlos III (CIBEResp) han comprobado que el mosquito común es capaz de transmitir a través de su saliva un tipo de malaria que sólo afecta a aves.

Concretamente, dos de los parásitos implicados en la transmisión de la malaria en aves por picadura de mosquito son el Plasmodium y Haemoproteus. Estudios previos para conocer la propagación de esta enfermedad han analizado, a través de pruebas de AND, la presencia de estos parásitos en el cuerpo del insecto, según ha informado la Fundación Descubre.

No obstante, el hecho de que estos parásitos estén presentes en el insecto no conlleva que éste pueda contagiar la malaria . Para que eso suceda, es necesario que se ubiquen en la saliva del mosquito y de esta forma se convierten en vectores, es decir, en insectos capaces de transmitir el parásito.

La novedad de esta investigación revela que el único parásito que puede transmitir el vector Culex pipiens mediante su secreción salival es el Plasmodium pero no el Haemoproteus. Ambos parásitos resultan virulentos para las aves cuando éstas son infectadas.

«Este resultado demuestra la compleja interacción que existe entre parásitos y mosquitos. Para conocer los mecanismos de transmisión de la malaria, resulta imprescindible detectar los patógenos implicados», explica uno de los investigadores participantes en el estudio, Josué Martínez de la Puente.

Anestesiar insectos

El procedimiento utilizado para extraer la saliva del mosquito consiste en anestesiar, en primer lugar, al insecto . Posteriormente, y una vez que éste está inmovilizado, se rodea su probóscide o la especie de aguijón con el que pica al animal con una micro cánula que contiene una solución acuosa. La mezcla provoca que el mosquito pueda salivar y de esta forma obtener la muestra donde se comprobará la presencia del parásito.

«Se trata de una labor muy minuciosa que se ejecuta con lupas de amplio aumento. En términos de confección, lo que se realiza es similar a enhebrar una aguja pequeña con un hilo muy fino», matiza el científico.

Durante el proceso de investigación, se han puesto en contacto cinco aves con un total de 1.560 mosquitos . De éstos, sólo un porcentaje entre el 2,9 por ciento y el 14,4 por ciento, es decir 174 insectos, han picado a las aves.

Los mosquitos han tenido un periodo de tiempo de 13 días para desarrollar el parásito . Una vez transcurrido, se ha detectado a través de muestras de AND, que el 31 por ciento de los mosquitos ha evidenciado presencia de los parásitos Plasmodium y Haemoproteus en cabeza y tórax. El 5,8 por ciento ha presentado el parásito Plasmodium en la saliva del vector.

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