Por qué el mantecado artesanal está siendo el protagonista de esta Navidad

Desde El Dulce Nombre afirman que aumenta la demanda de mantecados artesanales así como las visita al obrador para ver su proceso de producción

«Siempre se escapa un “qué bien huele” de boca de algún visitante cuando cruzan la puerta y entran al obrador», afirma Balbina Arias, perteneciente a la tercera generación de la familia Arias, quienes admiten que este tipo de comentarios son los que más le gusta escuchar.

Al fin y al cabo, los olores de los mantecados artesanos son habituales en el obrador desde que en 1940 fuera fundado por sus abuelos, don Teodoro y doña Trinidad. Su tío Rafael Arias, hijo de ambos y actual gerente, explica que el secreto de El Dulce Nombre es su horno de leña, «uno de los últimos obradores de mantecados que jamás ha dejado de trabajar de la forma tradicional, en horno de leña, que a día de hoy sigue utilizándose en cada campaña». Él lo llama «secreto» pero cuenta orgulloso que es lo que da valor al mantecado artesanal, porque en sus entrañas toman color y sabor las materias primas que se utilizan en la elaboración.

Y es que parece que el tiempo se hubiese detenido en esta fábrica, donde casi todo gira alrededor de su horno de leña. Aquí tienen muy claro que la verdadera riqueza proviene de las materias primas: harina traída de Granada, almendra de Málaga, manteca de cerdo ibérico, piñón vallisoletano de la mejor calidad, auténtica canela de Ceilán «cinco ceros», además del aceite de oliva virgen extra de Estepa, de su propia comarca, de donde además proviene la leña que alimenta las entrañas de su horno. Así de sencillo.

Son muchas las delicias que se pueden encontrar en su catálogo: mantecados de canela, de limón o de chocolate, hojaldradas de naranja, empiñonados de mazapán, alfajores de almendra, roscos de anís y de vino, polvorones caseros de almendra y bocados de ángel -unos deliciosos cortadillos de cidra que no dejan indiferente a quienes los prueban- o el delicioso «olivalmendrado» (la versión propia del mantecado casero, elaborado con almendra tostada y aceite de oliva en lugar de manteca).

Estos meses previos a la Navidad han visto cómo la demanda ha sido cada vez más alta en relación al mantecado más artesano y el sabor más tradicional, lo que se ha traducido en un aumento de visitas al obrador y sobre todo, en un crecimiento exponencial de los pedidos a través de Internet. Porque artesanía y nuevos tiempos van de la mano, ahora más que nunca. Redes sociales y tienda online se han vuelto herramientas imprescindibles para hacer llegar a El Dulce Nombre a todos los rincones, sin perder la esencia.

Además, desde este obrador artesano están abriendo nuevos caminos gastronómicos en estos últimos años, para conjugar precisamente artesanía y vanguardia. El mantecado de El Dulce Nombre ha entrado en las altas cocinas para quedarse en los entrantes y los primeros platos, y han conseguido con ello sacarlo de la sobremesa y los postres, donde sigue por supuesto muy presente. Unos de los catalizadores de esta revolución han sido los vinos de Jerez, gracias a su excepcional maridaje.

Desde El Dulce Nombre admiten que lo que más le gusta de atender a las visitas guiadas es saber que cada uno de los que llegan al obrador se va a su casa conociendo un poco mejor la tradición del mantecado y apreciando un poco más el dulce desde su versión más artesanal. Porque hay mucha vida en El Dulce Nombre y porque la artesanía de este obrador siempre será su mejor carta de presentación.