Hay una cerveza artesana de Sevilla que no conoces y tienes que probarla

Guadalquibeer es una cerveza «Cream Ale» elaborada en Sevilla inspirada en nuestro estilo de vida con un aroma fresco, alegre y un sabor persistente

Una charla, unos amigos, una terraza, unas cervezas. ¿Cómo aunar el espíritu sevillano con el carácter y el sabor de una cerveza artesanal? Eso es lo que consigue la magnífica «Cream Ale» fabricada en la capital hispalense: Guadalquibeer, una «craft» elaborada a base de malta de cebada, copos de maíz, copos de arroz y lúpulo Cascade, el cual modela su personalidad: tiene carácter, pero a su vez es fácil de beber; es intensa de sabor y  pero a su vez ligera.

«Con sede en la provincia de Sevilla,  nuestra empresa se ha querido reflejar en una de nuestras señas de identidad más querida: el río Guadalquivir. Guadalquibeer se inspira en nuestro gusto, en nuestro estilo de vida para hacer una cerveza fresca, alegre y persistente de sabor, que nos acompañe todo el día», explican los creadores de esta cerveza. «Una película, un encuentro deportivo, un concierto, piensa en lo que más te guste, en lo que quieras, pero ¿a que al final te ves saboreando unas cervezas?

Tenemos la misma visión, por eso decidimos hacer nuestra cerveza, una Cream Ale, para compartirla con todos vosotros».

Análisis y características

A la hora de hablar de sus ingredientes y características, resulta imprescindible hablar del sistema de elaboración isobárico. Con él se respeta al 100% el proceso de elaboración/fermentación primario, único y natural de la propia cerveza, sin tener que «estresar» a las levaduras obligándoles a refermentar en botella, como en otros sistemas de elaboración/fermentación llamados atmosféricos, y protegiéndola así, en todo momento, del contacto directo con el oxígeno.

De este modo, se consigue una primera impresión muy buena: cerveza limpia, bien equilibrada, fácil de beber y refrescante, con más carácter y sabor que las típicas lagers americanas. Color dorado claro y muy clarificada. Cerveza sin filtrar ni pasteurizar.

Por tanto, esta es una cerveza de perfil maltoso medio-bajo y bajo, con ligeras notas dulces, que recuerdan al maíz. El aroma a lúpulo es entre bajo e inexistente. Suelen predominar los aromas herbales y a cereal.

En cuanto a su sabor, el amargor procedente del lúpulo es entre bajo y medio-bajo. El dulzor procedente de la malta y del maíz es notable. Una vez tragada, poco amargor procedente del lúpulo, dando paso en boca al magnífico retrogusto a cereal Para disfrutarla al máximo, se recomienda servirla fría, sin vaciar la botella de golpe y  dejando que vaya creciendo su densa espuma hasta coronar la copa.