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arte

Diego de Mexía, un coleccionista con 1.300 cuadros, retratado por su amigo Van Dyck

El Museo de Bellas Artes expone esta pintura como «La obra invitada» hasta el próximo 6 de julio

Diego de Mexía, un coleccionista con 1.300 cuadros, retratado por su amigo Van Dyck juan flores

andrés gonzález-barba

Antoon Van Dyck (1599-1641) es uno de los grandes maestros de la pintura barroca europea. Este discípulo de Rubens trabajó para la corte española y la inglesa. Ahora se puede disfrutar en el Museo del Prado su cuadro «Don Diego de Mexía, marqués de Leganés» (c. 1634), . Este retrato es la nueva pintura que forma parte del programa expositivo «La obra invitada», que exhibirá el Museo de Bellas Artes hasta el próximo 6 de julio. Perteneciente a la colección de la Fundación Banco Santander , este lienzo viene a la pinacoteca sevilla fruto de un convenio entre la Consejería de Educación, Cultura y Deporte y la entidad privada por el cual se podrá disfrutar hasta el próximo 6 julio de una obra que complementa a la perfección la colección de la pintura barroca que posee el museo.

La posible fecha de realización de esta obra está determinada por la visita del marqués a Bruselas el 9 de septiembre de 1627, con la misión de gestionar la alianza de España y Francia contra Inglaterra. Allí permaneció varios meses hasta su regreso a Madrid el 3 de enero de 1628. Pero la intensa actividad política que llevó allí a cabo, no parecía ser el momento propicio para que se hubiera hecho el retrato, por lo que es probable que Van Dyck lo pintara entre 1630, cuando el general vuelve a Flandes al servicio de la Infanta, y 1632, año en que el artista marcha a Inglaterra. El profesor Larsen sostiene que pudo haberse realizado en 1634 o en la primavera de 1635, durante la última estancia de Van Dyck en Amberes.

En palabras de la directora de proyectos culturales de la Fundación Banco Santander, Rosario López, «Van Dyck es discípulo de Rubens y trabajó para la corte española y para la inglesa, llegándose a convertir en el gran pintor de Carlos I». Ésta presentó la obra junto a la director del Museo de Bellas Artes, Valme Muñoz y la secretaria general de Cultura, María del Mar Alfaro. También ésta añade que Diego de Mexía «se hizo retratar por Rubens y Van Dyck. De hecho, este último le realizó tres retratos casi iguales porque luego don Diego los regalaba entre los suyos». Esto es una prueba evidente de que Mexía mantuvo una gran amistad con el pintor flamenco, de ahí que fuera retratado en tantas ocasiones.

Don Diego de Mexía Felípez de Guzmán (h. 1580-1655) fue un prestigioso general, hijo de don Diego Velázquez Dávila y Bracamonte, marqués de Loriana, y de doña Leonor de Guzmán, tía del conde-duque de Olivares. Recibió el título de primer marqués de Leganés en 1627 y durante su vida gozó de la protección del conde-duque, lo que le permitió acceder con facilidad a sus gustos artísticos. Fue embajador extraordinario en Francia en 1627 y gobernador en Milán en 1635.

En cuanto a su vinculación con las artes, hay que reseltar que este general y político resultó ser un gran aficionado a la pintura, siendo un mecenas y llegando a invertir parte de su inmensa fortuna en adquirir obras de los más famosos maestros flamencos, italianos y españoles del siglo, reuniendo más de 1.300 cuadros. Dada su gran influencia, Mexía se hizo retratar en numerosas ocasiones, donde suele aparecer con la llave de gentilhombre de la Cámara del Rey y Primer Caballerizo. Este noble aparece también en cuadros de batallas, como es el caso de «La Rendición de Bred» —el famoso cuadro de «Las Lanzas» de Velázquez—, donde se le puede ver junto a Spínola, su suegro.

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