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Conmoción en el mundo del arte tras la muerte de Pepe Soto

Numerosos amigos despidieron ayer al artista, que preparaba una exposición

Pepe Soto, junto a una de sus obras de la exposición «Campos de color» VANESSA GÓMEZ

R. MONTERO

Numerosos amigos del reconocido pintor Pepe Soto dieron ayer a mediodía su pésame en el tanatorio de San Jerónimo a la familia del artista, que falleció el sábado a los 82 años , al no superar un cuadro de neumonía que le agravó otra enfermedad de la que se recuperaba.

Entre sus más íntimos y amigos pintores se encontraban, visiblemente afectados, Gerardo Delgado , Curro González , Manuel Salinas , Teresa Duclós , Ricardo Cadenas , F austo Velázquez y Carmen Laffón , entre otros allegados del polifacético artista, quien también trabajó como profesor de dibujo, comisario y diseñador de exposiciones.

Carmen Laffón expresó, con palabras entrecortadas, sentirse «muy consternada» tras la muerte de uno de sus mejores amigos, con quien llegó a compartir estudio, formando parte de una generación referente y responsable de la introducción de la modernidad en el arte sevillano en los años 60.

También muy afectado se mostró Manuel Salinas , quien compartía con Pepe Soto hasta sus últimos días un estudio situado en la calle Tetuán junto a Pepe Barragán. Salinas lamentó profundamente la pérdida de «una gran persona» y recordó a Soto como «un hombre con un gran equilibro». «Su obra —añadió— es muy interesante, con una plasticidad del color muy cuidada».

Su otro compañero de estudio, Pepe Barragán , director de la galería la Caja China, conoció de forma inesperada la muerte de quien había sido su amigo desde hace más de 35 años en Galicia, donde estaba pasando sus vacaciones. Ayer, a su vuelta a Sevilla confesaba que la muerte de Pepe Soto había sido «un mazazo muy grande. No me lo esperaba» . «Era una extraordinaria persona, muy amigo de sus amigos, todos los días aprendía algo de él», manifestó. «La frase que más repetía era que la vida es maravillosa. Hemos perdido a la persona que más amaba la vida», dijo apenado Barragán, quien preparaba junto a Pepe Soto una exposición de pintura sobre papel para este otoño.

Artistas de las nuevas generaciones como Ricardo Suárez valoran «su humildad y sabiduría»

El pintor Luis Gordi llo, desde su domicilio en Madrid, también declaró a este periódico estar «muy afectado por la muerte de un buen amigo» , con quien estudió en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, para posteriormente continuar juntos su formación en París «a finales de los años 50 y principios de los 60». Luis Gordillo afirmó que la obra de Pepe Soto está muy relacionada con la Escuela de la pintura abstracta de Cuenca impulsada por Fernando Zóbel, un grupo muy activo en los años 60. Gordillo definió la obra de Soto como «muy ordenada, nada expresionista y geométrica».

El crítico de arte Juan Bosco Díaz-Urmeneta , comisario con Luisa López en 2012 de la exposición «Campos de Color», muestra que abarcaba más de cuatro décadas del trabajo artístico de Pepe Soto y que supuso su regreso a la pintura después de abandonarla en 1975, resumió ayer la obra del fallecido artista .

Según aseguró, Soto formó parte de una generación de pintores que junto a Carmen Laffón, Jaime Burguillos, Enrique Roldán y Teresa Duclós, rompieron en los años 60 con la pintura tradicional sevillana . En esa década Pepe Soto desempeñó un papel muy relevante en la galería La Pasarela, lugar de encuentro de artistas con ideas muy diferentes a las corrientes de entonces. La estrecha colaboración que La Pasarela mantuvo con la galería madrileña de Juana Mordó, que aglutinaba a las figuras más destacadas del arte moderno y abstracto, engrandeció aún más la impronta que Pepe Soto dejó en Sevilla.

«Pintura en la mente»

En 1972, Juana de Aizpuru, que por entonces mantenía su galería en Sevilla, incluyó a Soto en la exposición «Nueve pintores de Sevilla», lo que supuso un hito para los principales centros artísticos de Madrid, Barcelona y Valencia. A mediados de los 70 dejó de pintar, aunque quienes le conocían coinciden en que siempre «llevó la pintura en la mente». Muestra de ello es que Pepe Soto nunca se alejó del ámbito artístico, convirtiéndose en un referente para las nuevas generaciones de pintores sevillanos, entre ellos Ricardo Suárez o Ángela Mena, quienes acudían a Soto para enriquecer sus obras con «sus conocimientos y sabiduría». Suárez describió a Pepe Soto como «uno de los grandes pintores andaluces, clave para entender el arte contemporáneo andaluz y una persona con unos valores extraordinarios» .

En 2010, para celebrar los 40 años de su galería, Aizpuru hizo una exposición dedicada a los primeros artistas que trabajaron con ella, entre ellos Soto. Su obra conecta con la abstracción norteamericana, especialmente con la llamada «pintura de campos de color» , tal como la entendió sobre todo Barnett Newman. Con él compartió inquietudes relativas al color y al espacio pictórico, y sobre todo un afán: que la pintura se represente a sí misma sin pretender describir, narrar o expresar.

El Ayuntamiento y la Junta de Andalucía pusieron en valor la obra de Pepe Soto, «una figura clave e indispensable para entender el arte contemporáneo en Andalucía y que influyó en las generaciones de pintores que le sucedieron».

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