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Nicolás Grospierre utiliza el sol para crear el color en sus obras

La galería Alarcón-Criado, en Sevilla, presenta la exposición «Heliosophía»

Nicolás Grospierre en la galería Alarcón Criado Pepe Ortega

MARTA CARRASCO

Una especie de pasillo de color conduce hasta el final de la galería, donde en un espacio a oscuras la luz sólo se enciende si entra el visitante. En la sala, una serie de fotografías de edificios modernistas que van perdiendo o cambiando el color. «Heliópolis» se llama esta segunda fase de la muestra «Heliosophía» que el artista Nicolás Grospierre (Suiza, 1975), presenta en la galería Alarcón-Criado de Sevilla.

«Heliosophía» es la tercera exposición de las realizadas por Alarcón-Criado y que sucede a «Axiometría» y «Tipologías». «Heliosophía» es para el artista una palabra que aglutina un concepto de desencanto sobre la idea de progreso , y su conclusión es que todas las obras apuntan a una visión un poco desencatada sobre dónde nos llevaba el progreso derivado de la Ilustración», dice el galerista Julio Criado.

La exposición es muy diferente a las anteriores por el uso de elementos que poco tienen que ver con la fotografía, su habitual disciplina.

Obras de enorme color parecen engañar al espectador. En estas piezas la luz solar ha ido degradando el color original de las telas, en este caso de terciopelo. Para el galerista e introductor de Grospierre en España, Julio Criado , « es un trabajo que remite a lo pictórico, pero está a medio camino entre la pintura y la fotografía. Ha usado la luz del sol de Varsovia , que es donde vive. Es un trabajo de dos veranos. Grospierre pone la tela a la luz y el sol lo va deteriorando hasta conseguir esta heliografía»

La segunda parte de la muestra es la misteriosa «Heliòpolis», obras fotográficas que se han positivado con la técnica tradicional pero salen del laboratorio sin el fijador, es decir, extremadamente sensibles a la luz por lo que van cambiando de color o incluso deteriorándose.

Nicolás Grospierre nació en Ginebra y ha vivido en Francia . Tiene una formación tangencial al mundo del arte porque estudió ciencias políticas y ciencias sociales, y fue años después cuando se interesó por el mundo de la fotografía.

Por su parte Julio Criado ha visitado la Documenta de Kassel y la Bienal de Venecia , «buscando a más artistas, con el objeto de presentarlos en Sevilla, «no somos una galería que representamos a artistas de manera esporádica, sino que nos gusta hacer el camino juntos. Hicimos la primera exposición de Grospierre en 2011, y contactamos con él estudiando el programa de 2010 de Photoespaña, donde recibió el premio revelación. Vimos que había obtenido el premio de León de Oro de Arquitectura de Venecia en 2009, y encajaba en los planteamientos de la galería. Trabajar con él ha sido una reafirmación», asegura.

Julio Criado piensa que en estos momentos hay un gran divorcio entre el arte y la sociedad, «Antes había un debate, personas que tenían conocimiento sobre arte protestaban contra las ideas innovadoras de las primeras o segundas vanguardias , pero hoy existe una absoluta indiferencia, el arte no interesa a la gente, y en esto los gestores tenemos que reflexionar, porque gestores, galeristas y museos algo tenemos que estar haciendo mal», afirma.

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