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«Ocho apellidos vascos», la película con la que los abertzales se sienten ofendidos

Los estereotipos y el humor en los que se asienta el guion de este éxito de taquilla -el mejor estreno español desde 2012-, objeto de críticas

«Ocho apellidos vascos», la película con la que los abertzales se sienten ofendidos abc

m. t.

«Ocho apellidos vascos» ha arrasado entre el público y ha encendido a los críticos con una premisa sencilla, los tópicos. Los andaluces son vagos, graciosos y solo beben rebujito y escuchan flamenco. Los vascos son brutos, serios y aficionados a las manifestaciones independentistas. Esa es la broma que durante una hora y media desarrolla Emilio Martínez-Lázaro en la película española con mejor estreno desde 2012 que solo en sus primeros días de emisión ha recaudado 2,83 millones de euros (el 40% de la taquilla).

Las cifras del estreno son más que buenas: la cinta se ha proyectado en 320 cines -400 pantallas en total-, con una media de recaudación de 8.844 euros por cine y 7.075 euros por pantalla. Desde «Lo imposible» en 2012 -que narraba la historia de una familia que sobrevive al tsunami que asoló el sudeste asiático-, ninguna película española había conseguido tan buenos resultados.

Para el diario Gara , «Ocho apellidos vascos» es un «despropósito» de película Pero la crítica desde el PaísVasco -su parte más nacionalista al menos- no comparte el entusiasmo del público por esta cinta que protagonizan Emilio Martínez-Lázaro, Clara Lago, Dani Rovira y Carmen Machi. «Nada bueno cabía esperar de una producción cinematográfica de Tele 5 », empieza el crítico de cine del diario vasco Gara. «Un despropósito», sigue, que hunde sus raíces en la dictadura de Franco, a la que acusa de haber perpetuado unos acentos vascos poco realistas y exagerados.

Una «boda gitana»

Quizá la crítica más curiosa sea la que recoge la última frase, en la que Gara tira de un estereotipo (se sorprende de que la película refleje que una chica vasca se quiera casar con un vestido blanco, «digno de una boda gitana») para criticar una cinta por abusar de los tópicos.

En todo caso la película no solo dispara contra el País Vasco. El protagonista -Rafa, interpretado por Dani Rovira- es camarero en un tablao sevillano. Gracioso, del Betis, con sevillanas como tono de teléfono móvil. No caben más clichés en un solo personaje, al que no se le cae la expresión «mi arma» de la boca -hasta que, por cuestiones del guión debe sustituirla por «hostia» en su intento de parecer más vasco-.

Al final, el veredicto más claro es el de los espectadores, que han aupado a esta cinta como el 15º filme más visto del mundo en su estreno este fin de semana según Rentrack , una empresa de medición de audiencias .

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